Ely del Valle

«Blowing in the wind»

La Razón
La RazónLa Razón

Una vez que el no del PSOE al PP parece definitivo, el sudoku del próximo gobierno se complica y las posibilidades, descartada la gran coalición que hubiera sido lo verdaderamente progresista, son las que son. Los socialistas tienen que convencer a Podemos para que deje colgados a sus socios independentistas, cosa que tampoco sería extraño en un partido donde los principios varían según conviene. Aun así, necesitarían que todos los demás, independentistas incluidos, se abstuvieran, lo que tampoco sería complicado puesto que están seguros de que, desplantes aparte, con Podemos apretándole a Sánchez les irá mejor que con Rajoy. Otra posibilidad es que Ciudadanos apoyase al PSOE, pero para que esto prosperase el PP debería abstenerse. El problema serían las comunidades en las que el partido de Iglesias sostiene a los socialistas. Si Podemos decidiera utilizarlas como chantaje, el PSOE podría perderlas a no ser que Ciudadanos saliera al rescate y el PP, de nuevo, se abstuviera incluso allí donde fue el partido más votado. La tercera variable es que el PSOE gobierne en minoría con la abstención de Ciudadanos y PP, lo que nos llevaría a unas elecciones en año y medio; la cuarta, que PP apoye a Sánchez y que Sánchez se deje, y la última y menos probable, que gobierne Ciudadanos con el apoyo de los populares y del PSOE. En cualquiera de los casos y si lo que se quiere evitar son unas nuevas elecciones que refuercen a Podemos y lo conviertan en todo o parte del futuro gobierno, tendrá que ser el PP el que ceda, bien absteniéndose o bien votando a favor de la investidura de Sánchez, previo compromiso de este último de no dar ni agua a Iglesias y el del PP de sostenerlo allí donde Podemos deje de hacerlo. ¿Estará Rajoy dispuesto a semejante sacrificio?. La respuesta está en el aire... casi tanto como su continuidad al frente del partido.