Buscar lo que nos une

Ocurrió hace 38 años y medio, cuando Carolina Bescansa contaba con poco más de seis años y muchos de los que esta semana se han estrenado como diputados ni siquiera habían nacido. A la sede parlamentaria de la Carrera de San Jerónimo, acostumbrada hasta entonces a la presencia de los procuradores franquistas, llegó una hornada de diputados que resultaron elegidos en junio de 1977. Había de derechas y de centro, que se diferenciaban muy poco en su forma de vestir y en su estética de los anteriores miembros de las Cortes. Allí estaban también los socialistas capitaneados por Felipe González y Alfonso Guerra con sus chaquetas de pana, descorbatados, descamisados, melenudos y barbados. Tambien los comunistas. La presencia y estética de unos y de otros dejaba claro que había comenzado una nueva época. Yo hacía por entonces mis primeros pinitos como periodista y visitaba con asiduidad tanto el Congreso de los Diputados como el Senado. Salvando las distancias, me han venido a la memoria las imágenes de aquel tiempo de cambio al contemplar el circo que se ha montado esta semana durante la jura de los diputados. Es verdad que estamos ante una nueva época. Más allá de las apariencias externas, de la presencia del niño y de los juramentos o promesas de una y otra manera, que también tienen su importancia, lo que me preocupa es que no veo un mínimo espíritu constructivo como sí hubo entonces. Fue la legislatura constituyente en la que todos los grupos demostraron tener sentido de estado, por lo menos en determinados asuntos, buscando un mínimo denominador común. Reinó un espíritu que el nuevo presidente del Congreso, Patxi López, ha reivindicado al decir que es necesario buscar lo que nos une en lugar de hacer hincapié en lo que nos separa. Los más jóvenes que han llegado a las Cortes deben su presencia en ellas en gran parte a ese esfuerzo que se hizo entonces. ¿Serán capaces de entenderlo?