Francisco Marhuenda
Carta al presidente
Querido presidente:
cuando el 20 de noviembre de 2011 los españoles te dieron la mayoría absoluta tuve una enorme alegría porque ibas a tener la oportunidad de emprender las reformas que necesitaba España para superar la mayor crisis económica desde la posguerra. Han sido años muy difíciles para los españoles y por supuesto para ti como presidente del Gobierno. Durante este periodo, he defendido con firmeza y convicción la política reformista que ha llevado a cabo tu Gobierno. La mayor parte de las medidas adoptadas han sido impopulares y en algunos puntos se ha incumplido el programa electoral porque existía el riesgo de tener que pedir el rescate. Hubiera sido un desastre para España y el tiempo te ha dado la razón. Era una decisión muy difícil, pero fue un acierto no pedirlo. Había mucha gente, incluso en el Gobierno, que defendía la necesidad de solicitarlo. El conjunto de medidas que se han llevado a término han sido claves para la recuperación económica, pero también han tenido un coste electoral, como se comprobó en las pasadas elecciones europeas. Hay un retraimiento del votante popular, que se queda en casa y no prefiere otra opción. Este retraimiento puede conducir a la pérdida de numerosas comunidades autónomas y municipios en las elecciones de 2015. Por ello, el PP tiene que recuperar la credibilidad con su electorado y no creo que lo consiga con más incumplimientos en su programa electoral. El ciclo de recuperación económica beneficiará las expectativas del PP, pero no es suficiente.
Durante más de seis años tuve la oportunidad de trabajar contigo. Creo que me conoces lo suficiente para saber que no soy un ultra en ningún terreno. Cuando me incorporé a tu equipo en la campaña del 96 era diputado en el Parlamento de Cataluña y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona. Con la victoria del PP en las generales se abrió un nuevo ciclo y me ofreciste ser tu director de Gabinete. Lo fui, con aciertos y errores, en la primera legislatura y luego me nombraste director de Relaciones con las Cortes. Fueron años muy interesantes y por eso creo que sabes que cuando defiendo algo lo hago por convicción y así lo he hecho en los debates y las tertulias en los que durante estos años se te ha criticado con enorme dureza. Ahora surge un tema de enorme trascendencia y sin lugar a dudas de gran sensibilidad social como es la necesaria reforma de la ley del aborto. El aparcar esta norma con la excusa de la búsqueda de un consenso que es imposible es un grave incumplimiento de un compromiso firmemente adquirido y consagraría la idea promovida desde la izquierda de que se hace por una cuestión de cálculo electoral. Es cierto que es fácil opinar cuando no se tiene que tomar la decisión, pero creo que existe el riesgo de que se produzca un definitivo retraimiento de un sector del centro derecha que se sentirá profundamente defraudado. No creo que tengan razón los que te aconsejan que dilates el tema con la excusa de la búsqueda de un consenso que jamás buscó el PSOE. No se trata de hacer una reforma desde posiciones ultras, sino de resolver los graves problemas que tiene la actual ley. El PP nunca ha sido un partido sin ideología o una maquinaria electoral, como sucede en los países anglosajones, o una formación de tecnócratas sin carné. Las victorias de 1996, 2000 y 2011 fueron porque había detrás un gran partido.
Atentamente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar