Julián Redondo

De Malagueño a Cristiano

De Malagueño a Cristiano
De Malagueño a Cristianolarazon

Cerca de mil y una noches vivió el Málaga convencido de que su suerte había cambiado. Un mirlo blanco, o un halcón, procedente de Catar sentó sus reales en la ciudad sin esconder los euros. Al-Thani invirtió 150 millones en el club y, una vez conseguido lo más difícil, cerró el grifo. Quizá su primer error fue no fichar a Cristiano Ronaldo, un crack que en mitad del túnel de Guadarrama, a oscuras, es capaz de ver una portería.

Los esforzados chicos de Schuster, aún de Al-Thani, saben llegar hasta Diego López, pero no tienen quien remate; ése es el problema, lo que en el Madrid resulta una bendición. Sin necesidad de jugar bien al fútbol, incluso dominado, o desarmado en el centro del campo, o desarbolado, saca los partidos adelante sin necesidad de firmar una obra de arte. Está en racha. Progresa y vence aunque Cristiano lesione a Benzema y Di María, que no Morata, le releve sin atreverse a meter la pierna por temor a la quinta tarjeta que le privaría del clásico.

Ancelotti, que no es como Mourinho, podría haber entrenado al Málaga que soñó el jeque, ese Mr.Marshall de carne y hueso que no pasó de largo por la Costa del Sol y se sintió engañado: por la Junta de Andalucía, por la Diputación malagueña y por el Ayuntamiento malacitano, y traicionado por gente del club que gastó parte de la fortuna en técnicos como Jesualdo Ferreira y futbolistas como el argentino Malagueño. Con Pellegrini el acierto fue completo y el equipo salió de las catacumbas... Tarde, cuando el amo había discutido con todas las autoridades de la provincia, regañado con la UEFA y vendido a las figuras.