Decidido

A los 95 años, después de superar serios problemas con el alcohol y de siete matrimonios, siete, ha fallecido Jake LaMotta, más conocido por la película «Toro Salvaje» de Martin Scorsese, y por la soberbia interpretación de Robert de Niro, galardonado con un Oscar por ese papel, que por los golpes que intercambió con Sugar Ray Robinson o Jimmy Reeves en combates memorables.

El final de las leyendas siempre es triste, aunque perduren en la memoria. La del Wanda Metropolitano empezó el sábado 16 de septiembre de 2017 y cinco días después recibió el espaldarazo de la UEFA para que en 2019, el día 1 junio, acoja la final de la Liga de Campeones. En Nyon prevaleció el sentido común, al valorar los méritos del coliseo madrileño por encima del Estadio Olímpico de Bakú, capital de Azerbayán, donde el deporte nacional es el ajedrez seguido de la gimnasia.

Si la política no lo impide, para entonces los accesos previstos para llegar sin estrés y sin atascos hasta el nuevo hogar rojiblanco estarán terminados. Hay elecciones municipales en 2018 que podrían retrasar los permisos necesarios y las inversiones pertinentes allá donde la mano del propietario y la del consistorio no alcanzan. Ojalá prevalezcan el interés ciudadano y la buena voluntad por encima de esas tendencias tan ajenas al fútbol que el Barcelona, por poner un ejemplo, mezcla y agita en una coctelera que le puede explotar en las manos. Bond, James Bond, no lo recomendaría ni, aunque el martini cumpliera uno de los dos requisitos indispensables: agitado, no mezclado.

Revolver un país, fraccionarlo, es repudiable y perseguible; dividir en dos la sociedad catalana, un error imperdonable. Contribuir al caos por muchas que sean las presiones, que lo son, es descorazonador. En casos así, la vida de LaMotta resulta ejemplar de principio a fin. DEP.