César Lumbreras
Dos problemas, dos
España tiene dos problemas urgentes e importantes: de uno se habla y escribe mucho y, del otro, bastante menos. Este último es la sequía. Temperaturas elevadas para lo que es habitual en esta época del año; lluvias prácticamente inexistentes du- rante la estación en la que más deberían abundar las precipitaciones; sin previsiones de que esto cambie a medio plazo; las reservas de agua en los pantanos están bajo mínimos y esta tendencia continuará en las próximas semanas; restricciones de agua para riego y puede que pronto para consumo en ciudades y pueblos (en algunos de estos últimos ya hay cortes desde hace tiempo); la cosecha de cereales ha sido mala y, en comunidades como Castilla y León, pésima; la producción de vino también se ha resentido y la de aceite de oliva superará por poco el millón de toneladas; la ganadería extensiva no tiene agua para beber y hay que abastecer las explotaciones con cubas; contaminación creciente en algunas ciudades como Madrid, y así sucesivamente... Mientras, seguimos sin un Pacto de Estado sobre el agua para abordar el grave problema que tenemos encima y que se agudizará en el futuro, porque el cambio climático es innegable y ha venido para quedarse. Por otro lado, en Cataluña, donde ha llovido más de lo habitual allí en los últimos meses, la situación sigue sin aclararse. Ayer, el presidente de la Comisión Europea dijo que no quería una Cataluña independiente porque otros (se refiere a regiones de diferentes Estados miembros) harían lo mismo; habla de que la UE podría pasar a tener 98 Estados miembros. Repasando las columnas que he publicado sobre la cuestión catalana, hace ya varios años que utilicé este mismo argumento, con la única diferencia de que cifraba en setenta los miembros de la nueva Europa. Decía también que la UE se convertiría en otra ONU y que, si ya es ingobernable con 28 componentes (27 descontando el Reino Unido), con esos más de setenta el funcionamiento sería imposible. Lo de Cataluña debería tener arreglo, porque es cosa de humanos. Lo del agua y la sequía es más complicado, porque depende de las nubes y de que llueva.
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