Comunidad de Madrid
El adiós de Gabilondo
Una vez consumado el acuerdo entre las tres derechas, al PSOE se le esfuma la esperanza de volver a gobernar la Comunidad de Madrid. Nunca ha sido una plaza fácil para los socialistas, Joaquín Leguina, único presidente socialista hasta el momento, solamente logró mayoría absoluta en la legislatura de 1983, en pleno apogeo del PSOE nacional.
Sin embargo, ha habido dos ocasiones en las que la vuelta a la Puerta del Sol ha estado cerca, en 2003 y en las pasadas elecciones de mayo. Hace 16 años, con tanto regate en corto, tanto acuerdo secreto para contentar a todas las facciones y tanta mediocridad, fue Simancas quién dejó escapar el tren con aquellos vergonzantes Tamayo y Sáez.
El tufillo de presunta compra, la indigencia intelectual de Sáez exhibida en las televisiones, la pésima gestión de la crisis de la dirección socialista y volver a presentar al mismo candidato hicieron que la herida electoral tardase años en dejar de sangrar.
Zapatero quiso que D. Gregorio Peces-Barba fuese el candidato en la repetición electoral, pero la capacidad de supervivencia del entonces líder del PSM, que no tiene parangón, lo impidió.
No se sabe si D. Gregorio hubiese ganado las elecciones, pero lo que si se sabía seguro es, que a los ojos de los madrileños, Simancas era más responsable de lo que había ocurrido que la propia Esperanza Aguirre y que perdería. No merece la pena mirar atrás, pero todo lo que vino después podría haberse evitado con Peces-Barba.
La vida es como el baloncesto, que cuando un jugador pierde la pelota y el equipo contrario genera un contraataque, suele ocurrir que el que ha cometido el error juega a destiempo y, con el afán de recuperar el balón, termina haciendo falta personal. Por eso no ha funcionado la operación de Ángel Gabilondo, porque la jugada debería haberse producido doce años antes.
Hoy el PSOE de Madrid se vuelve a enfrentar a un futuro incierto. Se puede hacer el discurso que se desee, la política de nuestros días lo soporta todo, pero es innegable que los socialistas han aumentado en votos en toda España, en casi todos los municipios de la región, pero se han estancado en la Comunidad y por eso no gobiernan.
Gabilondo ha declarado que hará oposición constructiva, sin embargo, a nadie se le escapa que su tiempo ha terminado, para que tuviese una tercera oportunidad faltarían todavía cuatro años y otra legislatura de más de lo mismo no la soportaría nadie, ni los que le pusieron.
En el catón de la política está escrita su salida, sin embargo, recuperar el Partido Socialista en Madrid requiere algo más, porque cuando todo se invierte en los candidatos y se minimizan las organizaciones, al final, se pierde la inversión y no se llega a los objetivos.
Para que la herida no se vea tan fea, alguien la maquillará, pero la verdad es que los socialistas han dejado escapar otro tren hacia Sol y cada vez hay menos billetes y menos frecuencia de ferrocarriles.
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