Iñaki Zaragüeta

El cine no quiere IVA. Ni yo

La Razón
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El IVA tiene la culpa. Resulta que un gran número de sectores –da igual que sea el cine, el teatro, la cultura en general, los constructores reformadores de viviendas y edificios, los gimnasios e instalaciones deportivas...- pide la rebaja de este impuesto de valor añadido y le culpan de las dificultades que puedan atravesar o de no ganar lo suficiente para sus deseos.

Sí, sí. No invento nada. A las tradicionales demandas de ese grupo «divino y antiPP» como es el de los artistas, se van sumando, como es lógico, otros que no entenderían una exención tributaria que no les alcanzara, cuando además la opinión generalizada de esas asociaciones artísticas no es que el IVA suba uno, dos o cinco puntos sino de la falta de imaginación y del deseo de vivir del erario eternamente.

No sé qué pasará con tales reivindicaciones, de lo que estoy seguro es de que el problema de la disminución de asistencia al cine no es por incrementar un euro la entrada, sino los nueve que cobran por el mero hecho de acudir. El cine es caro, más aún para la mayoría de películas españolas que demuestran desde hace 30 años que en España nunca sale el sol –todas las cintas son grises, sombrías y lluviosas- y que la guerra civil sigue siendo la preocupación de todos nosotros. ¿Por qué Santiago Segura, Pedro Almodóvar o Emilio López Lázaro, en las que por cierto sí alumbra el astro rey en todo su esplendor, constituyen todo un éxito y suman récords de taquilla?.

Ante todos los que piden la rebaja del IVA como solución a sus problemas, mi amigo Rogelio se preguntaba ayer, y yo con él, ¿quiénes van a soportar este impuesto?. Los tontos de siempre, nosotros. Así es la vida.