Alfonso Merlos
El colmo de los colmos
B rutal, inaceptable, insultante, nuevamente inédito. El señor que mantiene la impunidad y la tolerancia absoluta hacia toda suerte de organismos autónomos, entidades regionales, consorcios, fundaciones, sociedades mercantiles, empresas y toda una gama formidable y vastísima de entidades de derecho público resulta que acaba de concluir que no le queda más remedio que pegarle un hachazo a los más débiles (¡venga mamporros a la Educación! ¡Dale que te pego con la Sanidad).
Lo de Artur Más es ya merecedor de una tesis doctoral de sobresaliente cum laude. El estafador, el insolente, el cínico, el hombre desprovisto del raciocinio y del sentido común dando impresionantes zancadas en un callejón en cuyo fondo no se amontonan mas que cubos de basura. ¡Las raspas y los huesos del separatismo!
Es de nota que el sedicioso Gobierno de Cataluña siga a su bola. Sin importarle la clase media, sin pestañear al practicar directamente el achatarramiento y el vapuleo de los más desprotegidos. ¿No tienen bastante con el pliegue masivo de camas que ya han ejecutado? ¿No les basta con cobrarle a nuestros más desgraciados compatriotas por usar sillones reclinables en los hospitales en los que por desgracia intentar recuperarse sus familiares? ¡¿Qué más quieren?! ¡Dónde termina el delirio y la sinrazón?!
Estamos ante algo simplísimo y a lo que no hay que darle muchas más vueltas. Es cuestión de prioridades, de principios, de valores, de dignidad. ¿Prima el terruño o los intereses cívicos? ¿Está antes el onanismo nacionalista o los derechos de la gente? Está claro que para el sedicioso Gobierno catalán, lo primero. Y está claro que, allí donde impere el sentido común, los ya nietos de Pujol deben ser vistos como criaturas persistentes en el error, poco fiables, faltonas. Invariablemente macarras (¡Puag!).
✕
Accede a tu cuenta para comentar