Ely del Valle

En estado crítico

La Razón
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Tal y como era de prever, Pedro Sánchez pasará a la historia como el tipo que le ha hecho al PSOE el roto más sonoro desde la Transición. El CIS de octubre así lo revela, aunque también es verdad que estos barómetros tienen la misma pega que el correo postal: para cuando recibes una carta contándote que la abuela tiene gripe, la abuela o se ha muerto o está como una rosa.

Lo que nos cuenta ahora esta encuesta es que el espectáculo esperpéntico del célebre Comité Federal no le ha hecho ninguna gracia a sus votantes, cosa que cualquiera ya se imaginaba. Otra cosa es saber si lo que penalizan es la catastrófica gestión de Sánchez en su camino a ninguna parte o justamente lo contrario: la doble decisión de la gestora de abstenerse y mandar al secretario general a dar vueltas por España como comercial de sí mismo.

Hay otros muchos motivos por los cuales el PSOE podría haber menguado en apoyos durante el mes de octubre: pérdida de sus señas de identidad, guiños al independentismo, guerras internas, nulo liderazgo... Ninguno de estos problemas se ha resuelto a fecha de hoy. Lejos de reorganizarse, la temida brecha provocada por los movimientos internos entre pro y anti abstención puede acabar con Díaz, Hernando y Fernández sentados en el banquillo por un presunto delito de coacciones y de usurpación de poder, que es la acusación que hace un grupo de militantes y en la que un juez ha debido ver el suficiente fuste como para abrir diligencias. Buen rollito en superlativo. Ahora lo interesante sería saber qué piensan hoy los votantes, pero para eso hay que esperar al CIS de noviembre, aunque tampoco hay que ser un lince para saber que la gripe de la abuela, de momento, ya ha evolucionado hacia una neumonía con muy mala pinta.