Real Madrid
Fiabilidad
El Leganés juega partido de Liga en el Bernabéu, el sueño del equipo modesto hecho realidad al hollar la cima. Un hito que no puede abstraerse de esa mezcla de ilusión por formar parte de la historia y de reticencia porque acude al feudo de un coloso herido al que sus seguidores exigen algo más que el liderazgo, algo más que 27 partidos sin perder, mucho más que los récords individuales de Ronaldo, demandan espectáculo y reivindican el fútbol total, no algunas pinceladas.
El Bernabéu requiere una entrega absoluta, exhibiciones regulares, diversión, nada de angustia, y menos contra rivales inferiores. El Leganés, a priori, es víctima propiciatoria. El Barça le dio un revolcón en Butarque y la lógica apunta a goleada del Madrid. Pero el Madrid se debate entre las lesiones y un mar de dudas. Las ausencias de Pepe y de Ramos son más trascendentales que significativas; la baja de Casemiro, el equilibrador, es cada partido que pasa más sensible, como la de Modric, el constructor. Faltan los pilares y eso lo acusa el juego del equipo. Zidane ha hecho experimentos, el de Varsovia le salió rana porque el equipo se desmayó a partir del 0-2. De la gloria al infierno, de las alabanzas a las críticas. Y, además, los resquemores. Dicen que al término del encuentro Kroos habló con el entrenador y le exhortó para que, en ausencia de «Case», James jugara a su lado porque corre y trabaja. Se ha hartado de hacer kilómetros en balde.
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