César Lumbreras

La guerra de las «dipus»

La Razón
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¿Sirven las Diputaciones para algo, o hay que suprimirlas? La posición de Ciudadanos al respecto es clara: fuera Diputaciones. Lo planteó primero en su programa electoral y más tarde logró incluirlo en el acuerdo firmado con el PSOE. Durante el debate de investidura de la semana pasada ya hubo sus más y sus menos a cuenta del «olvido» del tema por parte del candidato Pedro Sánchez. La última escaramuza en torno al futuro de estas instituciones se ha registrado en los últimos días, cuando socialistas y populares se han unido en varias provincias para defender sus Diputaciones. Resulta hasta cierto punto lógico que desde un partido eminentemente urbano como es Ciudadanos, que cuenta con implantación en medianas y grandes ciudades, se defienda la supresión de estas corporaciones. Ahora bien, si se baja al terreno y al medio rural, las cosas cambian, porque las Diputaciones desempeñan un papel importante en un buen número de provincias. Se puede estar de acuerdo, o no, con su eliminación, pero lo que no tiene vuelta de hoja es la necesidad de buscar alternativas y explicar claramente quién va prestar esos servicios. El nuevo mapa político español nos ha traído el surgimiento de dos grupos políticos eminentemente urbanos, como son el ya citado de Ciudadanos y Podemos, que lamentablemente no han prestado la suficiente atención al medio rural y a la gestión del territorio. Puede que sea porque no han tenido tiempo de ocuparse del asunto o por intereses puramente electorales, ya que el peso del voto urbano es mucho mayor que el rural. Es verdad que las que votan son las personas y no el territorio, pero también hay que ocuparse de él. Y ahí, hasta ahora, las Diputaciones desempeñan un papel que no se puede despreciar. Es cierto que se han dado casos de corrupción, pero también los ha habido en los partidos políticos, en las comunidades autónomas y en gobiernos centrales y no por eso se ha planteado su supresión. Conviene abrir un periodo de reflexión.