El desafío independentista
«Los Mercenarios»
Todo sigue igual. Nada nuevo bajo el sol. Pedro Sánchez tiró de puerta a puerta. Eso sí, sin riesgos. Las familias elegidas eran eso, elegidas. No fuera a ser que el candidato recibiera un rapapolvo. Ya sólo le faltaba eso a su ajustada autoestima. Los nacionalistas de Mas & Puigdemont siguen hiperventilados y en profunda depresión. En la última encuesta, Ciudadanos los relega a luchar por la última plaza con su denostado Partido Popular. Según esta encuesta sigue ganando Podemos en Cataluña y eso que su candidato, Xavier Domènech, ha sido relegado del cartel electoral podemita. No pinta ni un colín. El cartel se asemeja al de la saga –penosa– de «Los Mercenarios» de Bruce Willys, Stallone, Schwarzenegger. Es lo que tiene el culto a la personalidad. Todo el protagonismo para Iglesias, Montero –no está Tania Sánchez–; Garzón, Errejón, Colau, Oltra... Para él, ni una «puñetera» foto desdibujada en segundo plano.
Los cuatro jinetes –Rajoy, Iglesias, Rivera y Sánchez– ya están preparando la «cosa». La «cosa» es nada más y nada menos que el debate. Con los debates previos en la mano, la «cosa» promete. Propuestas pocas, pero los mandobles tienen toda la pinta de ser memorables. Luego, lo mejor, el análisis de la «cosa». Los periodistas nos lo pasaremos chupi piruli. Ha ganado fulano, le han zurrado a zutano, mengano ha resistido..... ¡Un nivelazo! Después de la «cosa», ¡ánimo!, sólo quedarán 13 días. Hablando de mercenarios. Xavier Trias, el ex alcalde de Barcelona, se está revelando como todo un crack. No sólo pagó el alquiler a los okupas de Gràcia, sino que también montó en el Borne de Barcelona, el centro de culto independentista en el que se encuentran las ruinas de la Barcelona austracista que resistió al Borbón, invitando a Yaris Varufakis. El líder más rojo de Siryza, el que deja a Alexis Txipras a la altura de los aliados de Merkel, fue a Barcelona, cobró 2000 euros por su conferencia –que no ha pasado a los anales de la historia–, se alojó en dos hoteles de 5 estrellas –sí, sí de 5 estrellas, no es un error, aunque sea Varufakis– a cuenta de unas arcas municipales que también le abonaron el viaje en avión, a él y a su mujer. Trias lo autorizó todo y, como en el caso de los okupas, Ada Colau ha tenido que pagar el pato. Con los okupas, la revuelta callejera, y con Varoufakis, las facturas. ¡Joder con la nueva política! Perdón, se me ha escapado. No lo volveré a hacer más.
Todo esto lo hemos sabido por el trabajo de Carina Mejías, la líder de C’s en el Ayuntamiento de Barcelona. Estamos inmersos en campaña electoral y salirnos por la tangente nos apasiona a los periodistas. Cualquier excusa es buena para evitarnos mítines, debates, selfies y paseos con besos y abrazos. Y encima, una excusa con enjundia es toda una mina. Lo más sorprendente de este caso no es que Varoufakis dé una conferencia, se lleve una pasta, que pase unos días en Barcelona a cuenta de los contribuyentes, que Colau pague las facturas de Trias... Lo más sorprendente es el caso de la presentadora de los fastos. La musa del «radioprucés», la presentadora del programa matinal de Catalunya Ràdio, Mónica Terribas, látigo de infieles, látigo de no soberanistas, látigo de todo aquel que ponga palos a las ruedas al camino independentista, látigo de los corruptos y heroína de la ética..., ¡cobró 7.000 euros!
No pronunció ni siquiera una conferencia. Sólo presentó a Varufakis. En fin, ¡la ética! Esperaremos ansiosos las explicaciones de la señora Terribas en su púlpito nacionalsoberanista de la emisora pública. Esperaremos que sean tan dura y tan exigente consigo misma como lo es con el común de los mortales. Es su hora, señora Terribas.
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