Reyes Monforte
No era esto
Resultan algo sesgadas las razones esgrimidas por el Observatorio de la Violencia Doméstica y de Genero del GCPJ, correspondiéndose más al comportamiento político de intentar eximirse de toda responsabilidad. Encontrar en la crisis económica el motivo para explicar la disminución de las denuncias resulta tan frío como las innumerables cifras a las que este organismo nos tiene acostumbrados. La manera de luchar contra esta lacra social no está dando los resultados esperados y ellos también son responsables. Desgraciadamente en los últimos años hemos comprobado que un mayor número de denuncias no garantiza un mejor resultado en la lucha contra la violencia doméstica, y cuando el desenlace es la muerte de muchas mujeres, a eso sólo se le puede llamar fracaso. No niego los esfuerzos, muchos, pero esto lleva años sin funcionar. Empezando por la desafortunada denominación de violencia de género a lo que llanamente debería llamarse asesinato, y terminando por la imposibilidad de cumplir resoluciones judiciales y policiales por problemas de formación o de financiación. Se ha enfocado mal, se ha intentado tapar, e incluso penalizar, una realidad fehaciente y preocupante como son las denuncias falsas y la cohabitación de algunos espacios televisivos con ellas hasta convertirlas en un circo mediático y se ha criminalizado al género masculino lo que sin duda va en detrimento de todos. Así nunca se solucionarán las cosas. De los políticos, que tardaron más de once años en aprobar una ley contra la violencia de género repleta de agujeros legales, no podemos fiarnos. De los jueces esperábamos más. Muchos despachos pero poco resultados. Parafraseando la decepción de Ortega y Gasset en 1931 por la deriva política, «no era esto».
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