Rosetta Forner

Que la suerte te acompañe

La Razón
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Hoy es el día pos esperanza «me toque la lotería», también conocido como «día de la salud». Si carecemos de fortuna monetaria, al menos tengamos salud. Empero, la mejor lotería que nos puede tocar en la vida es poseer una personalidad que nos permita sacarle partido a las capacidades que todo ser humano lleva dentro. ¿Inteligencia emocional? Eso y mucho más, necesitamos para no ser unos necios ni comportarnos torpemente. La asertividad sirve para afrontar la existencia con actitud «salir a ganar». La persona asertiva –aquel cuyo nivel de amor propio le facilita relacionarse con los demás asumiendo derechos y responsabilidades–, hace preguntas, recopila información, la procesa, y elabora hipótesis –que toma por válidas mientras las «circunstancias» no la refuten–. En cambio, el necio o torpe emocional se adhiere a cualquier idea, acción o persona que le exima de la responsabilidad de dar la cara por sí mismo. Aunque ello suponga renunciar a su sentido común o abjurar de su derecho elaborar estrategias y pegársela por cerrar los ojos a la realidad. Cuanto más depauperada está la autoestima, menos se valorará, más estupideces cometerá y menos se protegerá de que la estulticia de otros le lleven por mal camino. El dinero paga unos estudios, pero no paga cuarto y mitad de sentido común. El dinero paga una casa, pero no puede adquirir ni un gramo de dignidad ni de amor. Nacemos con inteligencia, pero hay que ejercitarla. El dinero paga guardaespaldas, pero no puede pagar un seguro vital contra tonterías propias ni evita el habérselas con las consecuencias de las decisiones propias o ajenas. Soñar con ser el primero de la clase sin tener que estudiar, creerse esos cantos de sirena que nos dicen que nos regalarán la luz, el agua, y que juntos podemos... Sin tener que pagar un peaje es, cuando menos, de memos; pues quien algo quiere, algo le cuesta. Tal vez, de ahora en adelante, tengamos que saludarnos con un «que la suerte te acompañe y no piques los anzuelos», porque juntos podemos irnos a la «m». Mi deseo para estas Navidades: que la suerte visite nuestra vida. Y nunca nos falten ni el amor ni la lucidez.