Jesús Fonseca
Robustecer lo hispano
Somos 600 millones de personas. Y a mí me encanta hablar de ello. De las costumbres y valores que compartimos, sobre todo. Y del caudal de posibilidades que encierran. Fortalecer todo eso es el objetivo de la XXII Cumbre Iberoamericana de Cádiz. Pero la pregunta es: ¿tenemos claro ya lo que es y lo que no es esta colectividad de pensares e intereses compartidos? Porque una cosa es el estuche y otra el contenido. Y sólo desde una apuesta firme por el bienestar de los pueblos que formamos esta alianza, tendrán sentido estas cumbres. De lo contrario, quedará todo en mucho ruido y pocas nueces.
Profundicemos más y más en el sentimiento de Comunidad y en el protagonismo de lo hispano. Esta unión nuestra, o se basa en la aproximación y el entendimiento, en objetivos muy concretos a los que ir haciendo frente, o estaremos ante un brindis más al sol. Levantemos en las dos orillas un espacio de libertad y justicia, en el que no se machaque al disidente. Que sea la nuestra una Comunidad de diálogo. Un ámbito abierto a la sociedad civil; de bienestar, avance humano. Y muy competitiva en lo económico.
Todo esto es posible, si nos ponemos a la faena. Nos conviene mucho a todos los que compartimos esta patria común, esa sólida y densa red de vínculos e intereses. ¡Dejémonos de vainas!: de esta Cumbre gaditana e iberoamericana de naciones tienen que salir compromisos rotundos para hacer nuestra vida más humana y promover el trabajo decente; para desbaratar la corrupción. El resto son naderías. Para cualquier otro viaje no hacen falta alforjas.
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