Iñaki Zaragüeta

Señorías, descansen

Señorías, descansen
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Algo tendrán que cambiar los políticos. Ellos y las leyes que regulan su actividad. No es de recibo hoy sin ruborizarse un calendario como el que tienen los diputados en Les Corts Valencianes, donde los días festivos y vacacionales son tanto o más que los laborables, un calendario que para sí querrían los maestros de mi tiempo.

Varios meses en verano, dos más por Navidad y, ahora por Semana Santa, más de tres semanas parece un exceso para cualquier profesión, aún más para quienes su objetivo es trabajar para defender los intereses de todos nosotros. Si tan innecesarios son, deberían plantearse no volver.

No vale el argumento de que sus señorías no descansan las jornadas sin sesión parlamentaria, porque se dedican a contactar con los votantes para interesarse por los problemas ciudadanos. Alguno habrá, pero todos sabemos que la mayoría ocupan su tiempo para cuestiones más personales que públicas o, como mucho, a hacer de florero en actos de sus respectivos partidos.

Ese modo de vida se agrava en la actualidad por la crisis, que ha llevado a tantas personas al paro y que estarían dispuestas a trabajar el doble o el triple por la mitad o la tercera parte del salario parlamentario. Así es la vida.