Última oportunidad

Finalmente François Fillon venció en las primarias de los conservadores franceses, pese a todas las previsiones. Tiene una gran tarea por delante. La posible debacle del socialismo francés nos conducirá, probablemente, a un escenario en el que Fillon y Le Pen se disputarán la Presidencia francesa. La derecha francesa deberá afinar y lograr que, en la segunda vuelta, cuente con el apoyo de la mayoría de la sociedad francesa. Europa tiene una oportunidad para salvar el proyecto europeo. El triunfo de Marine Le Pen sería devastador para la integración europea. El nacionalismo es todo lo contrario a la integración y a la instauración de un marco de bienestar. Los partidarios de Fillon y quienes, finalmente, se inclinen por apoyarle deberían expresar, con toda nitidez, su compromiso con la Unión Europea y dejar claro que se precisa todavía más unión. No hay que adoptar posiciones fatalistas, pero Europa necesita que triunfen las tesis integracionistas. De no ser así nos veríamos abocados a una revisión y aniquilación del proyecto europeo que no beneficiaría a nadie. El futuro puede cambiar mucho en función de que se haga con el poder en Francia una u otra posición. El esfuerzo que se ha realizado, durante muchos años, por construir la Unión Europea, con todas sus limitaciones, debe mantenerse y la sociedad europea debe ser consciente de que esta Unión es la mejor manera para convivir en Europa. No podemos dar pasos atrás y sólo cabe, con decisión, avanzar en la construcción de Europa. Francia puede ser el ejemplo del triunfo sobre el nacionalismo y, a partir de ahí, se iniciaría, con mayor profundidad, el logro de plena integración económica. Las elecciones a la Presidencia de Francia se han convertido en las primeras elecciones europeas. Son tiempos difíciles para la armonía y la integración porque siempre resulta más fácil adherirse a proclamas populistas. Lo preocupante es que las tesis nacionalistas y populistas cuentan, ahora, con un apoyo social del que no han gozado en el pasado más reciente. Europa debe vencer en Francia y, con ello, se produciría el triunfo de la integración europea.