Francisco Marhuenda
Un escenario muy abierto
La encuesta muestra un escenario muy fraccionado, aunque con el PP como primer partido. A pesar de ello, no podría gobernar en solitario porque tendría un 31,2 % de los votos y entre 136 y 144 escaños. Hay diversas causas que explican el desgaste sufrido, que ya se comprobó en las europeas y las municipales y autonómicas. Es cierto que los datos son esperanzadores para el PP, porque el escenario está muy abierto, aunque con una clara tendencia de crecimiento, como se comprueba con la evolución de las últimas encuestas. Rajoy necesita un relato para explicar esta legislatura y mantener un discurso claro y coherente. No hay que lanzar muchos mensajes, sino que resulten efectivos para recuperar los 3,5 millones de votos que ha perdido. Es bueno recordar que la cifra de 10,5 millones de votos se ha mantenido en las elecciones de 2000, 2004, 2008 y 2011. El PP sufre un fuerte desgaste por la corrupción, la imagen de frialdad y distanciamiento del Gobierno así como de incumplimiento del programa electoral. Además, la presión fiscal ha provocado un gran enfado en sus votantes, a lo que se tiene que añadir la ofensiva independentista del nacionalismo catalán, el aborto y la mentira de que ha seguido una hoja de ruta negociadora con ETA. Finalmente, es evidente que la crisis y las duras medidas adoptadas, insuficientemente explicadas, son factores de gravísimo desgaste para Rajoy. En todo ello necesita un relato, que es algo que no se ha tenido durante estos años y, si lo ha tenido, desde luego no ha sido capaz de explicarlo con acierto y eficacia ni el PP ni el Gobierno. La base electoral del PP que muestra la encuesta es muy positiva y permite recuperar parte del terreno perdido. La izquierda está muy fraccionada y creo que Podemos comete el error de mostrarse excesivamente radical, por lo que ayuda a movilizar el voto de centro derecha en beneficio del PP y de Ciudadanos. No entiendo muy bien su estrategia, porque no les permitirá convertirse en la fuerza hegemónica de la izquierda. La crisis griega no es un factor que les beneficie, porque consagra el fracaso del populismo y sus disparatados planteamientos económicos. La radicalización sólo le permitirá sustituir a IU en su mejor resultado histórico, pero no a un PSOE que está cada vez más débil. Ciudadanos parte de una posición confortable, con 2,8 millones de votos y un 11,8 por ciento, que representaría alrededor de 25 o 27 escaños. Un PP recuperado sería una mala noticia para Rivera, porque se puede quedar con la posición que tenía el CDS. La situación del PSOE es preocupante porque retrocede frente al resultado de 2011, que fue muy malo, consiguiendo 5,8 millones de votos, un 24 por ciento y entre 108 y 116 escaños. Las elecciones siempre se han ganado desde el centro y por más que se empeñen los políticos, economistas y periodistas de izquierdas, la realidad, a pesar de todas las carencias, es que estamos en un ciclo de recuperación. Pedro Sánchez ha conseguido mejorar el poder autonómico de su partido, pero el desastre en grandes ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza muestra un claro declive que puede ser o no coyuntural en función de que acierte o fracase en su estrategia.
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