Educación

Vuelta al cole

La Razón
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Las vacaciones de verano van tocando a su fin. Muchos vacían la maleta y añoran esos días de «dolce far niente». Los niños empiezan a mentalizarse de la vuelta al cole. Y, otros preparan las maletas. En la vida siempre hay una «vuelta al cole». El verano debería servir, además de para descansar, para vaciar el «armario» interior de ideas, pensamientos, y hábitos caducos y hacerle sitio a lo nuevo. Hay un fin de año en el calendario, empero el estío es un tiempo más propicio para hacer un «antes y un después». En algunos casos, es literal. Hay parejas que vuelven separadas en lugar de unidas, lo cual no es de extrañar pues se ven forzados a convivir y a verse, mientras que, el resto del año, han podido escudarse en el trabajo y pasar en casa el menor tiempo posible. No sólo la pareja puede ser una gran desconocida, también uno puede serlo para sí mismo. Por eso, las vacaciones, deberían servir para relacionarnos con nosotros mismos, aprender a valorarnos y descubrir los talentos que habitan en nuestras alforjas vitales. Si aprovechamos ese periodo vacacional para «hacer las paces con nosotros mismos» y permitirnos tirar a la basura –literal o simbólicamente- todo aquello que ya está «demodé» u obsoleto en nuestra vida y/o en nosotros, la vuelta al cole se hará sin traumas. Recomiendo leer «Ya no tengo el alma en pena». Cuando nos permitimos vivir nuestra vida acorde a nuestros valores e ideas propias, como si fuera el último día o año de nuestra vida, las prioridades cambian. La actitud es lo que cuenta: mientras para unos, los problemas son oportunidades para mejorar o cambiar, para otros, son excusa para quejarse. Las vacaciones bien empleadas son una alfombra roja por la que caminar con éxito hacia el «nuevo curso».