Tribuna

La cuarta parte de la población mundial justifica la violencia contra la mujer

Tanto las sociedades como las empresas y los grupos políticos tendrán mayor eficacia si utilizan el talento y la experiencia de las mujeres en todos los departamentos

La cuarta parte de la población mundial justifica la violencia contra la mujer
La cuarta parte de la población mundial justifica la violencia contra la mujerBarrio

El programa de la ONU para el desarrollo ha publicado el Índice de Normas Sociales de Género, presentando con alarma una estadística aterradora: un 25% de la población mundial justifica la violencia contra la mujer.

Hace algún tiempo una ministra comunicó con tristeza que la única mujer que había participado en una reunión de empresarios era ella misma y lanzó una llamada para que pudiera advertirse la diferencia que sigue existiendo en las profesiones y trabajos de hombres y mujeres. De esta forma exponía las dificultades que siguen existiendo para la incorporación de las mujeres a los Altos Cargos Directivos, a los Consejos de Administración y a los Altos puestos de nivel político. Ha pasado algún tiempo pero en realidad apenas se advierten los resultados para conseguir una igualdad en todas las situaciones de la vida.

Gran parte de los países reconocen el pluriempleo de las mujeres, que trabajan fuera de casa y dentro del hogar con total eficacia en todo el mundo. Incluso en Alemania se admitió la jubilación anticipada a las mujeres por su doble dedicación. Recordar la actividad de las madres africanas trabajando en el campo y cargando cestos de más de 30 kilos, con los niños a la espalda a los que protegen y es admirable como gestionan los microcréditos que les concede el Banco de Inversiones (BEI) de la Unión Europea. Las mujeres que acceden a ellos, crean pequeñas empresas con iniciativa y devuelven lo prestado con puntualidad.

Actualmente hay millones de mujeres muy estimadas en sus diferentes profesiones: enfermeras, arquitectas, costureras, maestras, ingenieras, médicas, sin olvidar a las que trabajan en el campo con decisión y gran capacidad. Sus tareas son impecables.

Por otra parte, es clamoroso el hecho de que figuren tan pocas en la cúpula de las empresas y en la alta Política cuando está comprobado que pueden aportar una gran experiencia. No es que se pretenda imponer una cuota determinista, es aspirar a la igualdad para un mejor futuro, por cuanto han demostrado rigurosamente que realizan funciones de trascendencia social en su vida especialmente en situaciones trágicas: en las guerras, en la reconstrucción de los países, en las pandemias han desempeñado trabajos con gran entrega y máxima eficacia.

La Comisión Europea manifestó hace años que su objetivo era que los Consejos de Administración de todas las empresas incorporaran al menos el 40% de mujeres a los altos cargos. No se trata de un feminismo impuesto. Se pretende estimar los beneficios que se aprecian en las decisiones de mujeres profesionales, muy bien formadas.

Sigue siendo poco común que se nombre a una mujer Directora de un Banco, que llegue a dirigir un Hospital o presida el Tribunal Supremo. Hay frases inicuas que siguen oyéndose con pasividad, como aquella de que «detrás de todo gran hombre hay una gran mujer», ¿cómo detrás? Son igualmente rechazables las gracietas contrarias como que la mujer que pretenda convertirse en hombre tiene que «someterse a una reducción del cerebro». Execrable. Abre más el abismo tan desconsolador de la desigualdad.

Al mismo tiempo, destacar con tristeza que la violencia y el acoso sexual y laboral, no cesan. Se ha señalado con espanto un titular, afortunadamente lejano de un diario que decía: «apuñala a su mujer, sin causa justificada», era fruto de una situación atrabiliaria y humillante pero no se ha avanzado tanto como sería exigibles. Las agresiones graves nos estremecen a diario con resultados de muerte.

La mujer sigue relegada especialmente en las ciencias y en la tecnología aunque algunas han sido muy destacadas en la historia, como fue María Andrea Casamayor de la Coma, nacida en 1.720, gran experta en matemáticas que tuvo que firmar con nombre de varón para poder publicar su obra «El Tirocinio matemático sobre las cuatro reglas llanas». Otro ejemplo poco conocido es el de la alcaldesa de Alange (Badajoz) Julia Mayoral, nacida en 1902, extraordinaria persona, creadora de un Negociado Social y un fondo económico de paro agrícola, o Asunción Catalá, astrónoma pionera. En la actualidad tenemos investigadoras de gran talla que nos han documentado sobre la evolución de la pandemia con rigurosos y trabajos, reseñando a Margarita del Val, entre otras.

Tanto las sociedades como las empresas y los grupos políticos tendrán mayor eficacia si utilizan el talento y la experiencia de las mujeres en todos los departamentos científicos, en los altos cargos ejecutivos de las empresas, y en la decisiva política, no cabe duda.

Se debe respeto a toda persona cualquiera que sea su sexo, su nacionalidad o su raza, como impone la Constitución. Es triste «tener que luchar por lo evidente» frase conocida del filósofo Dúrremat muy citada por su aplicabilidad y que se ajusta a lo que hay en estos momentos. Se avanza muy poco en la igualdad, hay que seguir luchando.

Guadalupe Muñoz Álvarezes Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.