Ahora sí, la Unión Europea se juega su futuro

A sólo cuatro días de su toma de posesión como presidente de EE UU, Donald Trump dio un anticipo de lo que serán sus relaciones con la Unión Europea. Entusiasta declarado del Brexit y del desprecio a Europa que lleva implícito, Trump declaró que la salida de Reino Unido de una UE al borde del colapso será la primera de muchas, y manifestó su intención de negociar un acuerdo comercial privilegiado con Londres. Al margen de su estilo bronco y tremendista, lo cierto es que las palabras de Trump bien pueden ser un augurio de lo que le aguarda a la UE si no reacciona. La llegada del multimillonario a la Casa Blanca se produce cuando el proyecto europeo se encuentra en sus horas más bajas, pero esto, en lugar de excusa, ha de servir de acicate para que hagamos frente a las bravuconadas de Trump unidos y sin fisuras. Los planes proteccionistas del futuro presidente de EE UU no redundarán en beneficio de nadie; ni de ellos ni de nosotros. El FMI ya ha alertado del enorme riesgo que supone para el crecimiento mundial la ruptura del consenso sobre la «integración económica transfronteriza», es decir, sobre el libre comercio. En sus críticas a Europa, el republicano cargó especialmente contra Angela Merkel por su «error catastrófico» con los refugiados y tachó de «obsoleta» a la OTAN. Ha llegado el momento de recuperar nuestros valores y de demostrar a Trump que está equivocado.