¿Busca Sánchez los votos de Convergència?

De Pedro Sánchez depende desbloquear la situación política. Sin su abstención será imposible que España tenga un nuevo Gobierno. Ya no bastaría con el voto afirmativo de Ciudadanos. La postura del líder socialista es doblemente obstruccionista porque ni siquiera ha amagado con presentar una alternativa. ¿Le da igual? Debemos interpretar, por lo tanto, que su «no es no» sólo responde a una medida táctica con vistas a impedir por todos los medios que Rajoy gobierne y así mantenerse él en la secretaría general del PSOE. Política de «vuelo gallináceo», como decía Pla. El portavoz de Convergència, Francesc Homs –que todavía no ha asimilado que no tiene grupo parlamentario porque es difícil hacer amigos en las Cortes a la vez que te ríes de las instituciones españolas–, dijo ayer muy despechado: «Me atrevo a asegurar que ni Rajoy ni ningún miembro del PP será presidente del Gobierno español». Pues si no son los populares, serán los socialistas. Si Sánchez quiere seguir siendo el líder socialista debería despejar cuanto antes una incógnita: ¿estaría dispuesto a aceptar los votos de la ex CDC, que, sumados a los de ERC, Bildu y, claro está, Podemos, le podrían hacer presidente del Gobierno? La posición de Sánchez, basada en la negación, puede llevar al socialismo español a la ruina total.