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Concienciar más y mejor contra la contaminación
El Ayuntamiento de Madrid aplicó ayer la primera fase del protocolo contra la contaminación aprobado por la corporación anterior y que incluía reducir la velocidad máxima de 90 a 70 kilómetros por hora en la M-30 y otros accesos a Madrid debido a los niveles presentes de dióxido de nitrógeno. El Gobierno de Manuela Carmena anunció para hoy un segundo estadio que conlleva la prohibición de estacionar en el centro de la capital a los vehículos de los no residentes. El deber de las autoridades es velar por la salud de los ciudadanos y, en estas circunstancias, la respuesta está regulada. Otra cuestión es que el Ayuntamiento haya informado a los conductores en tiempo y forma, que no ha sido el caso. En realidad, los medios cubrieron la ineficiencia del consistorio en su deber de comunicar la excepcionalidad. También es cuestionable la eficacia de la reducción de la velocidad, que, según los expertos, es casi nula. En cualquier caso, Madrid no es única. Las grandes capitales europeas han encarado el problema de la calidad del aire con medidas dirigidas a rebajar el volumen de la circulación. Toca ponerse al día. El Ayuntamiento debe afrontar un fenómeno estructural con políticas de prevención y concienciación y no con actuaciones coyunturales, un tanto improvisadas y que no logran despojarse de un sospechoso sesgo recaudatorio.
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