Ministerio del Interior
Contra ETA hasta el final
El 20 de octubre de 2011, ETA anunció con el eufemismo «superar la confrontación armada» que dejaba de matar. El Gobierno y todas las fuerzas parlamentarias comprometidas con la lucha antiterrorista dijeron que lo que la banda debía hacer es entregar las armas y disolverse. No había otra salida: había sido derrotada por el Estado de Derecho. Un operación conjunta entre la DGSI francesa y la Guardia Civil ha permitido descubrir un zulo con 100 pistolas y explosivos. Con esta operación, no se lanza un mensaje, sino que es la única respuesta a una organización que, pese a dejar de asesinar, quiere utilizar su arsenal para escenificar su «voluntad de paz» –a la fuerza, ahorcan, dice el dicho popular–, como ocurrió el pasado 24 de febrero de 2014, cuando «entregaron» unas armas y luego se las volvieron a llevar. El material incautado en esta última operación era el que la banda tenía previsto exhibir en otro simulacro de entrega para ayudar a la candidatura de Otegi en las elecciones vascas, pero que la confirmación de su inhabilitación frenó. Quienes eligen la equidistancia ante el final de ETA deben tener en cuenta que el Estado democrático no puede negociar ningún desarme. Por lo tanto, la acción de la Justicia y de las fuerzas de orden debe continuar.
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