Unidos Podemos
El nacionalismo alimenta el populismo
Una de las circunstancias más relevantes de la encuesta del CIS es el resultado de Unidos Podemos en los feudos con mayorías tradicionalmente nacionalistas o con una notable implantación del separatismo. Según el sondeo, el partido de los círculos con su aliado comunista y el resto de sus confluencias refuerzan su supremacía en Cataluña y el País Vasco, además de su posición en Galicia. En la primera comunidad ganaría entre dos y tres diputados; en la segunda, sería la primera fuerza en votos y en escaños por delante del PNV, que el 20-D se había impuesto sólo en número de parlamentarios, y, en la tercera, desharía el empate a seis escaños que tuvo con los socialistas en las últimas generales y le arrebataría uno. Es evidente que el discurso de Podemos –a favor del derecho a decidir, la cercanía con el entorno proetarra, la disposición y la comprensión con actitudes de desobediencia y el cuestionamiento permanente del régimen del 78– se beneficia de un caldo de cultivo propicio donde el Estado de Derecho ha sido cuestionado y donde las administraciones nacionalistas han alentado la desafección con España y con lo que representa. Es positivo que el electorado conozca con qué clase de intereses y principios sintoniza el partido de los círculos, que no son los de la España constitucional.
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