Francia
Francia, al borde del abismo
La victoria del izquierdista radical Benoît Hamon en las primarias del Partido Socialista ha dado la puntilla a la política francesa, que atraviesa la peor crisis de las últimas décadas. Decenas de diputados de su partido ya han advertido de que no piensan votar a un candidato antieuropeísta cuyo programa incluye impuestos para los robots y un salario universal. Ni a derecha ni a izquierda se atisba la luz al final del túnel, toda vez que el candidato de Los Republicanos, François Fillon, ha quedado amortizado tras el escándalo de los cobros millonarios por parte de su esposa. Y mientras, la ultraderechista Marine Le Pen se frota las manos ante las perspectivas que le ofrecen los sondeos. Huelga decir que las elecciones presidenciales, que se celebrarán en mayo, son determinantes no sólo para los franceses, sino para toda Europa. Tras la victoria del Brexit y de Donald Trump, un Gobierno de Le Pen enterraría definitivamente nuestra era. El ex ministro Emmanuel Macron aparece como el único capaz de plantarle cara en la segunda vuelta. Tiene a su favor que no está adscrito a ningún partido, por lo que podría aglutinar a muchos descontentos situados en el centro del tablero político. En cualquier caso, si algo ha quedado claro en esta época turbulenta es que las primarias no sirven de nada. Más bien al contrario. El PSOE y el Partido Socialista galo son la prueba de que dejar en manos de la militancia el liderazgo conduce al desastre.
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