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Matices necesarios a la lista de morosos

La Razón
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La Agencia Tributaria hizo pública ayer la primera lista de morosos, en la que figuran 4.855 contribuyentes que adeudan 15.600 millones de euros. Lo primero que debemos dejar sentado es que las intenciones y la voluntad que animan a la Administración responden a un ejercicio de transparencia y de ejemplaridad saludables en un Estado de Derecho. Además, la relación parece haber pasado una criba con los suficientes criterios objetivos para delimitar aquellas conductas merecedoras del reproche público. Y, sin embargo, no todos los integrantes de la lista pueden equipararse. Ni sus trayectorias ni sus razones para no haber cumplido las obligaciones con la Hacienda Pública son iguales, aunque la consecuencia última sí lo haya sido. Lo cierto es que numerosas empresas quebradas constituyen el grueso de esta primera relación de deudores, lo que es, en buena medida, reflejo de la crisis y del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. No se trata, por supuesto, de disculpar ni justificar determinadas ejecutorias que acabaron gravando al erario público, pero sí de aportar la información precisa y los matices inherentes a la actividad empresarial en un contexto financiero altamente recesivo en determinados sectores económicos. Los matices, en ocasiones, aportan las necesarias dosis de justicia.