Un fenómeno global llamado Real Madrid

El Real Madrid ya fue considerado el mejor club de fútbol del mundo del siglo XX. La distinción no fue baladí, ni anecdótica, sino el reconocimiento a una institución que sobrepasó su naturaleza deportiva y su condición de española para convertirse en un fenómeno de masas y transnacional. Su undécima Copa de Europa, lograda en Milán, engrandeció un historial de títulos al que ningún equipo siquiera se aproxima. Detallar aquí su currículum sería superfluo. La entidad de Concha Espina ha logrado tal nivel de admiración en millones de aficionados de todo el orbe que no lo precisa. He ahí su grandeza, pero también la enorme exigencia que acompaña su deambular por las competiciones y en su día a día, que muy pocos estarían en condiciones de soportar sin quebrarse. El Real Madrid ha ganado mucho, pero sobre todo ha sabido ganar, que es, si cabe, más difícil. El sábado lo volvió a demostrar, como otras tantas veces, porque para ese club los valores, el saber estar, el respeto al rival, el sacrificio y la humildad son tan esenciales como los triunfos. Un club, por supuesto, de grandes jugadores, los mejores, y también de grandes gestores, de presidentes que como, Santiago Bernabéu o Florentino Pérez, han sabido proteger y salvaguardar al club y mantenerlo en manos de sus socios. Un gigante deportivo y uno de los mejores embajadores de España en el mundo.