Julián García Candau
Ni con amaño
Ni con aquel mítico sistema de bolas frías y calientes habría salido un sorteo mejor. No hay clásico, lo que mantiene la ilusión de que lleguen ambos a la final de Wembley, ni tampoco hay enfrentamiento entre los tres equipos españoles. Encima, los adversarios no son precisamente los más peligrosos salvo en el caso del Málaga, que ha de enfrentarse al Borussia de Dormund. El Madrid tendrá delante al Galatasaray, que en teoría es el más flojo y el Barça se enfrentará al Paris Saint Germain, que con inversión multimillonaria no ha alcanzado categoría suficiente para ser aspirante a ganar el torneo.
De acuerdo con los emparejamientos, Madrid y Málaga han de disputar el primer encuentro en casa y siempre se ha considerado que jugarlo en la vuelta ofrece alguna ventaja. En el Bernabéu ya se sabe que para estas ocasiones se recurre a aquello de Juanito de que noventa minutos son aquí muy largos. Sin embargo, el equipo madrileño no debe tener problemas para poner la eliminatoria a su favor en la ida y en la vuelta, vistas las características de sus futbolistas, no hay que tener miedo por muy caliente que sea el estadio turco.
El PSG no ha demostrado superioridad con respecto al Valencia, al que ha eliminado en octavos de final. Volverá a la alineación Ibrahimovic, en el Camp Nou, que siempre tendrá en la cabeza el deseo de revancha con el equipo azulgrana. En teoría, debe pasar el Barça. Sobre todo si mantiene el juego al alza como demostró ante el Milan.
Posdata. La eliminatoria más complicada, el Bayern-Juve. Cae uno de los grandes. Les ha ido mal.
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