Sin Perdón
La nueva fase de la guerra de Trump
«Trump se equivoca si cree que no se producirá un efecto dominó que tendrá consecuencias devastadoras para su país»
Los desastrosos efectos de la guerra comercial desatada por Trump no han tardado, como era previsible, en aparecer. La desproporción de las medidas adoptadas puede provocar un pánico generalizado, aunque se intente paliar con respuestas igualmente duras contra el comercio exterior estadounidense e incentivos económicos de los países afectados para revertir los efectos. La economía mundial se ha instalado en la incertidumbre en un momento de crecimiento leve que es muy peligroso, porque es fácil revertirlo hacia un periodo de decrecimiento. Por otra parte, la economía estadounidense no tiene una fortaleza que le permita hacer frente a ese disparatado aislacionismo. Trump actúa con una infinita arrogancia y soberbia que le ha conducido a no medir las consecuencias que puede tener su plan si no alcanza sus objetivos. Es evidente que el déficit comercial es muy desventajoso para Estados Unidos, así como el presupuestario y la enorme deuda pública que soporta. La prudencia de la Unión Europea es una reacción acertada, ya que la negociación puede ofrecer una luz al final del túnel. Una guerra prolongada tendría unos resultados catastróficos, tanto para la economía mundial como la de cada una de las naciones afectadas. Trump se equivoca si cree que no se producirá un efecto dominó con consecuencias devastadoras para su país. El desplome de las bolsas es un indicador importante, porque es fácil caer y más difícil remontar. El clima de inseguridad paralizará las inversiones y contraerá el consumo. Es un error centrarse solo en el déficit comercial, porque hay otros indicadores que impactan negativamente en cualquier economía cuando no se manejan con prudencia. Una cosa es intentar corregir una situación, algo que es encomiable en cualquier dirigente político, y otra muy distinta son estas desproporcionadas represalias. No estamos ante un problema reciente, ya que hace tiempo que está sobre la mesa. Ha sido un error que otras administraciones no lo hayan afrontado con tiempo para corregirlo. Es cierto que el libre comercio debe ir acompañado de una reciprocidad, porque la apertura es buena siempre que no se sustente en una situación injusta. En este caso hay que corregirla. Trump lleva pocos meses en la Casa Blanca y no ha abierto una etapa de diálogo antes de emprender esta guerra comercial.
Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)