Aborto

Absolución al pecado del aborto

El Papa prorroga a todos los sacerdotes la facultad de perdonar la interrupción voluntaria del embarazo. Los obispos españoles acogieron la decisión «con alegría», ya que demuestra que «la Iglesia está abierta a perdonar siempre, y a todos»

Francisco cerró, el pasado domingo, la Puerta de la Basílica de San Pedro
Francisco cerró, el pasado domingo, la Puerta de la Basílica de San Pedrolarazon

El Papa prorroga a todos los sacerdotes la facultad de perdonar la interrupción voluntaria del embarazo. Los obispos españoles acogieron la decisión «con alegría», ya que demuestra que «la Iglesia está abierta a perdonar siempre, y a todos»

Francisco quiere que el torrente de misericordia que se ha vivido durante todo el Jubileo no cese, y por eso ha decidido promulgar una serie de propuestas en su nueva carta apostólica «Misericordia et misera», dada a conocer ayer por el Vaticano.

El documento papal, dividido en 22 puntos, tiene un marcado tono continuista con lo que el Santo Padre ha venido realizando a lo largo de su pontificado y muy especialmente en el último año. Entre las medidas propuestas, destaca la de que los sacerdotes tengan la facultad de absolver el pecado del aborto de manera indefinida, un permiso que había concedido sólo durante el Año Jubilar y que ahora extiende «sine die».

De acuerdo al Derecho Canónico, hasta ahora únicamente los obispos y algunos sacerdotes facultados por ellos –salvo durante este Año Santo– tenían la facultad de perdonar este pecado debido a la gravedad del mismo. Por ello, el código deberá ahora cambiar el artículo referente a este asunto, como explicó a los medios el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontifico Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y encargado del Jubileo.

El Papa explica su decisión al pedir que «ningún obstáculo se interponga en entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios». «De ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto», anuncia en el punto 12 del documento.

Jorge Mario Bergoglio ha querido por tanto que la medida no sólo alcance a las mujeres que abortan, sino a todas las personas que han estado implicadas de alguna manera en el proceso: familiares, médicos, amigos, etcétera.

No obstante, Francisco enfatizó «con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente». «Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar –prosigue– que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por tanto, que cada sacerdote sea guía, apoyo y alivio a la hora de acompañar a los penitentes en este camino de reconciliación especial».

En el texto, el Papa explica en profundidad las razones que le han llevado a tomar ésta y las demás medidas. «Ahora, concluido este Jubileo, es tiempo de mirar hacia adelante y de comprender cómo seguir viviendo con fidelidad, alegría y entusiasmo, la riqueza de la misericordia divina», sostiene.

Francisco también apunta que «nada de cuanto un pecador arrepentido coloca delante de la misericordia de Dios queda sin el abrazo de su perdón» y opina que «el futuro parece estar en manos de la incertidumbre que impide tener estabilidad» y de ahí «surgen a menudo sentimientos de melancolía, tristeza y aburrimiento que lentamente pueden conducir a la desesperación». «Se necesitan –pide a continuación– testigos de la esperanza y de la verdadera alegría para deshacer las quimeras que prometen una felicidad fácil con paraísos artificiales». De esta manera, el vacío profundo de muchos puede ser colmado por ella».

La decisión del Papa Francisco de autorizar de forma permanente a los sacerdotes para absolver del pecado del aborto fue bien recibida desde la Conferencia Episcopal Española (CEE). «Los obispos en España acogemos la noticia con alegría. Jesús dice en el Evangelio que hay más alegría por un pecador que se convierte que por 99 justos que no necesitan penitencia», afirmó ayer José María Gil Tamayo, secretario general y portavoz de la CEE.

Tamayo recordó que Bergoglio ha «reiterado y enfatizado la gravedad del pecado del aborto, porque es matar la vida, es matar a un ser inocente, pero dice que contra la misericordia de Dios no cabe ningún pecado; es decir –que la Iglesia–, está abierta a perdonar siempre y a todos». Éste es el motivo por el que Francisco ha prorrogado el perdón de este pecado más allá del Año de la Misericordia, que concluyó el pasado domingo con el cierre de la puerta jubilar de la Basílica de San Pedro. Con este gesto, el Pontífice demuestra que «sigue abierta esa puerta de la misericordia de Dios», concluyó.

Tamayo hizo estas declaraciones tras el discurso inaugural de la CVIII Asamblea Plenaria realizado por el presidente de la CEE, el cardenal Ricardo Blázquez, durante el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria.

Con un tono distendido, el arzobispo de Valladolid tuvo palabras para la familia, dado que «la salud de la sociedad depende de la salud» de los núcleos familiares, y subrayó «el respeto a la vida de las personas en todo el recorrido de su existencia y en todas las circunstancias de la vida».

En su disertación, tras asegurar que se ha abierto «un horizonte de esperanza» con la formación de Gobierno, Blázquez hizo hincapié en que es necesario «llevar a cabo una catarsis», «un cambio de conducta moral» ante la corrupción. «Pensar que no tenemos remedio es una tentación» a la que no hay que ceder, incidió.

Respecto al comportamiento de la sociedad y el debilitamiento de la fe, el cardenal destacó que «el olvido de Dios repercute negativamente en la vida personal y social de los hombres», dado que «excluir a Dios nos daña».

Finalmente hizo un repaso de las principales líneas que se abordarán durante la asamblea, que se pueden dividir en tres grandes núcleos: reflexiones sobre el clero en España, la pastoral vocacional y la familiar. Respecto a los dos primeros asuntos, los obispos se centrarán en tratar de buscar soluciones a «la problemática del aumento de su edad media, así como a la disminución de vocaciones». «Urge fomentar la vocación sacerdotal y despertar en ellos su disponibilidad generosa», afirmó el nuncio apostólico Renzo Fratini, que explicó, respecto al tercer punto, que el papel de la Iglesia debe ser el de «acompañamiento», en vez de centrarse en «la cultura de lo efímero».

La prórroga del jubileo

- Confesión con sacerdotes lefebvristas:

El Papa también prolonga hasta nuevo aviso el permiso por el que quien se confiese con sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, más conocidos como lefebvristas, recibirá válida y lícitamente la absolución de sus pecados. A pesar de que se encuentran fuera de la Iglesia por no estar en comunión con Roma –uno de sus principales problemas es que no aceptan el Concilio Vaticano II y sus reformas–, Francisco pretende con este gesto que a nadie «le falte el signo sacramental de la reconciliación a través del perdón de la Iglesia». Además, espera reducir la distancia que los separa, con el fin de que se pueda recuperar «la plena comunión con la Iglesia católica».

- Una jornada mundial de los pobres:

Francisco ha demostrado siempre su sensibilidad hacia los pobres y los sintecho y les dedicó un Jubileo especial hace sólo unos días. A partir del próximo año, cada domingo previo a la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo será el Día de los Pobres, como afirma en «Misericordia et misera». «La Jornada Mundial de los Pobres», explica, «ayudará a cada bautizado a reflexionar sobre cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho de que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa, no podrá haber justicia ni paz social».

- La misericordia en la familia:

El Papa propone que la familia sea lugar privilegiado en el que se viva la misericordia porque «la belleza de la familia permanece inmutable, a pesar de numerosas sombras y propuestas alternativas». En el momento actual, «caracterizado por la crisis de la familia», «es importante que llegue una palabra de gran consuelo a nuestras familias».