Juan Pablo II
Amato: La Iglesia necesita santidad para contrarrestarla inmoralidad y la corrupción
El prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y representante del Papa Francisco en la beatificación de Alvaro del Portillo, el cardenal Angelo Amato, ha asegurado que la Iglesia y el mundo necesitan en estos momentos una "ecología de la santidad"para contrarrestar "la contaminación de inmoralidad y la corrupción". "La Iglesia y el mundo necesitan del gran espectáculo de la santidad, para purificar con su aroma agradable, los miasmas de los muchos vicios alardeados con arrogante insistencia. Ahora más que nunca necesitamos una ecología de la santidad, para contrarrestar la contaminación de la inmoralidad y de la corrupción. Los santos nos invitan a introducir en el seno de la Iglesia y de la sociedad el aire puro de la gracia de Dios, que renueva la faz de la Tierra", ha advertido.
Así lo ha indicado durante la homilía de la ceremonia de beatificación del sucesor de San Josemaría Escrivá al frente del Opus Dei, Alvaro del Portillo, que se ha celebrado este sábado en Valdebebas y a la que han asistido miles de fieles de 80 países.
El cardenal Amato ha destacado que el beato Alvaro del Portillo, que vivió "de modo heroico"muchas virtudes como "la fe, la esperanza
y la caridad", invita a "ser santos como él, viviendo una santidad amable, misericordiosa, afable, mansa y humilde". HUMILDAD PARA LA SANTIDAD
Concretamente, ha destacado su "humildad"y ha asegurado que para el beato, "la soberbia constituía el mayor obstáculo para ver y amar
a Dios". "Para don Alvaro, la humildad era la llave que abre la puerta para entrar en la casa de la santidad", ha señalado.
También ha puesto de relieve su "extraordinaria inteligencia", su "gran humanidad", su "delicadeza, sonrisa, comprensión y caballerosidad"y su capacidad para "ir al núcleo de los problemas y resolverlos", algo que aprendió en la carrera de ingeniería. Asimismo, ha insistido en la "total sintonía"con el fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá.
Atendiendo a su vida espiritual, Amato ha afirmado que era "ejemplo vivo de fidelidad al Evangelio, a la Iglesia y al magisterio del Papa"pues con un "afán apostólico infatigable"transmitía "la verdad del Evangelio y la integridad de la tradición, no sus propias opiniones"huyendo del "personalismo".
"Destacaba por la prudencia y rectitud al valorar los sucesos y las personas; la justicia para respetar el honor y la libertad de los demás; la fortaleza para resistir las contrariedades físicas o morales; la templanza, vivida como sobriedad, modificación interior y exterior", ha precisado.
Además, Amato ha recordado que otra característica de los santos es "la serena felicidad ante el dolor y el sufrimiento"y se ha referido al beato para señalar que él anunció el Evangelio "con alegría evangélica"también "en las dificultades". "Las bienaventuranzas, también aquellas más arduas como las persecuciones, no son sino un himno a la alegría", ha añadido.
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