Vaticano

El abogado de Vallejo pide que se revisen sus correos

El Tribunal del Vaticano rechaza realizar un examen psicológico al sacerdote español, pero acepta una prueba hecha con anterioridad

De izda. a dcha., los periodistas Gianluigi Nuzzi, Emiliano Fittipaldi, la asesora Francesca Chaouqui y monseñor Ángel Lucio Vallejo Balda
De izda. a dcha., los periodistas Gianluigi Nuzzi, Emiliano Fittipaldi, la asesora Francesca Chaouqui y monseñor Ángel Lucio Vallejo Baldalarazon

Ayer concluyó la tercera audiencia del proceso «Vatileaks», el juicio a los presuntos culpables del robo y la filtración de documentos sobre las finanzas del Vaticano. Entre ellos se encuentra el sacerdote español Luis Ángel Vallejo Balda y la asesora italiana Francesca Chaouqui, así como los dos periodistas autores de sendos libros en los que se ha utilizado la información presuntamente robada. Los primeros son juzgados por el robo y la filtración, los segundos, por haber obtenido la documentación mediante presiones.

A pesar de que este lunes estaba previsto el interrogatorio a Vallejo, al final las dos horas de la vista fueron dedicadas a la presentación de excepciones por parte de los acusados y a la petición de testigos a declarar.

La defensa del sacerdote español solicitó incluir como pruebas los correos electrónicos que se intercambiaron Vallejo y Chaouqui en mayo de este año. Al parecer, en ellos habría constancia de las presuntas presiones y amenazas que la asesora habría ejercido sobre él para que filtrase los documentos. La petición fue aceptada, pero no así una evaluación pericial psicológica solicitada bajo el argumento de que no se encontraba en plenas facultades cuando pasó la información. En su lugar, el magistrado del caso sí consintió una pericia psicológica que habría sido hecha con anterioridad y Vallejo conserva en su casa de Roma. Este informe podría atenuar la pena de entre seis meses y ocho años de cárcel a los que se enfrenta él y el resto de acusados, aunque en el caso del monseñor español también se le podría condenar a la reducción al estado laical, es decir, a que no pudiera ejercer nunca más de sacerdote.

La segunda de las acusadas, Chaouqui, hizo dos reclamaciones. Por un lado, la carencia de jurisdicción que el Vaticano tiene sobre el delito y por otro, que es una «refugiada política en Italia» y que por tanto debería ser procesada por un tribunal del país. Su defensa intentó convencer al Tribunal de que el robo de documentos del ordenador de la comisión investigadora fue realizado de manera remota desde fuera del Vaticano. El juez se vio obligado a recordar que el caso es competencia del Estado Vaticano, ya que los documentos filtrados estaban en su territorio y Vallejo, quien habría entregado las claves del ordenador, es funcionario de la Santa Sede.

Por tanto, fueron rechazadas ambas excepciones aunque sí admitió un test informática sobre documentación disponible tanto en su ordenador como en su teléfono móvil y la adquisición de otras pruebas relativas a e-mails, SMS y artículos publicados en algunos medios de comunicación.

En la audiencia de ayer, cada abogado defensor también señaló los diversos testigos que quieren llamar a declarar. En total suman doce personas –a los que se añadirán seguramente varios testigos de la acusación– que fueron aceptadas por el Tribunal, y entre las que se encuentran el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin; el cardenal español Abril Santos y Castelló y monseñor Konrad Krajewski, Limosnero del Papa. Estos tres últimos a petición de la abogada de Chaouqui y con la intención de demostrar que sus acciones fueron provocadas para ayudar al Papa, según dijo su abogada. Por su parte, el que fuera secretario y colaborador de Vallejo, Nicola Maio, solicitó como testigo a un miembro de la Prefectura de Asuntos Económicos. El periodista autor de «Vía Crucis», Gianluigi Nuzzi, pidió el testimonio de dos periodistas, uno de ellos el ex director del periódico «Il Corriere della Sera», y de dos libreros. Éstos para demostrar que ni él ni el otro periodista imputado, Emiliano Fittipaldi (autor de «Avarizia»), tenían una «presunta asociación criminal de carácter periodístico, sino que actuaron independientemente», puesto que no se conocían de antes y realmente sus libros son competencia. Fittipaldi, por su parte, no pidió la comparecencia de ningún testigo.

En los últimos días se han filtrado algunas informaciones de la investigación. Entre ellos, el contenido de unos mensajes que se habrían enviado Chaouqui y Balda a través del teléfono móvil y en los que además de evidenciarse de nuevo las presiones que ella ejercía sobre él, se observarían ciertas connotaciones sexuales. Este aspecto lo conformaría la declaración que el propio monseñor realizó a su primer abogado el pasado 8 de noviembre, después de ser detenido. Vallejo puso entonces por escrito que Chaouqui le sedujo el 28 de diciembre de 2014 y mantuvieron relaciones sexuales ese día, pero que después se intentó alejar de ella y es cuando comenzaron los problemas.

También ayer, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, envió un comunicado a la Prensa para aclarar algunos aspectos del proceso de judicial a raíz de muchos comentarios «inapropiados». «Existen entonces todas las premisas para tener plena confianza en la seriedad y en la competencia de quien debe garantizar un correcto desarrollo de un proceso que comprensiblemente atrae la atención de muchos, porque se espera un juicio objetivo sobre los hechos y comportamientos relevantes en campos importantes y delicados como el respeto de los deberes de reserva en el cumplimiento del propio oficio y la corrección en la actividad de la libre información», explicaba el texto.

¿Indultado y Vida de monasterio?

Se desconoce cuándo será la próxima audiencia del juicio, pero ya no podrá concluir antes del inicio del Jubileo de la Misericordia que inaugurará el Papa hoy mismo, como era su deseo. No obstante, ambos acontecimientos podrían estar relacionados, dado que cada vez es más fuerte el rumor de que Francisco podría perdonar la pena de cárcel al sacerdote español y en su lugar obligarle a una vida de penitencia y oración en un monasterio de España.

Según la Prensa italiana, el indulto del Pontífice le podría llevar al conocido monasterio de San Millán de Yuso o al de la Valvanera, en La Rioja. Tiene su lógica, dado que él es natural de la localidad de Villamediana de Iregua, limítrofe a Logroño, y de esta manera su madre, que vivía con él en Roma hasta que fue detenido por las autoridades, estaría cerca.