Iglesia Católica
El Papa quiere un Sínodo que «aprenda» de la familia
Francisco da el pistoletazo de salida a un Sínodo que abordará cuestiones tales como la transmisión de la fe.
Francisco da el pistoletazo de salida a un Sínodo que abordará cuestiones tales como la transmisión de la fe.
Roma ya es el centro de la familia. Con una vigilia en la tarde de ayer en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco dio el pistoletazo de salida hacia el Sínodo de la Familia, que comenzará de manera oficial hoy con una misa.
La celebración, en la que participaron miles de familias, fue confiada a los movimientos y realidades eclesiales más importantes del momento: Focolares, Comunión y Liberación, el Camino Neocatecumenal o la Renovación Carismática Italiana. Sus responsables hablaron además durante algunos minutos sobre la familia, al tiempo que se sucedieron los cantos y testimonios.
Nada más llegar, el Papa Francisco aseguró que «sin el Espíritu Santo Dios resulta lejano, Cristo permanece en el pasado, la Iglesia se convierte en una simple organización, la autoridad se transforma en dominio, la misión en propaganda, el culto en evocación y el actuar de los cristianos, en una moral de esclavos».
También pidió elevar oraciones por el Sínodo para que «sepa reorientar la experiencia conyugal y familiar hacia una imagen plena del hombre», además de «reconocer, valorizar y proponer todo lo bello, bueno y santo que hay en ella». En su opinión, debe abrazar «las situaciones de vulnerabilidad que la ponen a prueba: la pobreza, la guerra, la enfermedad, el luto, las relaciones laceradas y deshilachadas de las que brotan dificultades, resentimientos y rupturas». «Más que hablar sobre la familia» debe «aprender de ella», manifestó.
En definitiva, «cada familia es siempre una luz, por más débil que sea, en medio de la oscuridad del mundo» y la Iglesia una «madre capaz de engendrar la vida», que «protege sin reemplazar, que corrige sin humillar, que educa con el ejemplo y la paciencia».
«La Iglesia es una casa abierta, lejos de grandezas exteriores, acogedora en el estilo sobrio de sus miembros y, precisamente por ello, accesible a la esperanza de paz que hay dentro de cada hombre».
«Escuela de comunión»
Por su parte, el iniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, pidió un aplauso para el beato Pablo VI, quien escribió la encíclica «Humanae Vitae» sobre la familia y la apertura a la vida.
María Voce, responsable de los Focolares, habló de las familias heridas por alguna circunstancia y cómo la Iglesia les ha ayudado. «Muchos de los que están aquí pueden testimoniar haber asistido a pequeños milagros en la vida». «Estamos convencidos de que la belleza y la alegría de la familia cristiana brillan más si se expresan en el rostro de la Iglesia como casa y escuela de comunión».
El español Julián Carrón, responsable del movimiento Comunión y Liberación, reflexionó sobre el amor en el matrimonio y aseguró que sólo con Dios «las familias podrán alcanzar la plenitud, perdonarse unos a otros, afrontar todos los desafíos, abrirse a los otros». De este modo explicó que «podremos testimoniar a todos su belleza» y «el bien que representan para todos».
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