Badajoz
Hombre de parroquia
Cuando nos fue comunicado el nombramiento de D. José María Gil Tamayo como párroco de nuestra comunidad de San Juan Bautista de Badajoz, no sabíamos hasta qué punto la alegría y la esperanza que nos produjo su llegada iba a verse colmada el tiempo que ha estado con nosotros. Con él nos vino un torrente de energía, alegría y creatividad, ya que todo el tiempo, que se nos ha hecho tan corto, ha estado llevando a cabo iniciativas que, gracias a su entrega generosa y a su atractiva personalidad, han obtenido una respuesta muy positiva por parte de todos en la parroquia. Pero, al mismo tiempo, ha sabido captar perfectamente las particularidades de nuestra comunidad, y ha sido fiel a sus necesidades, dando ejemplo con sus numerosas horas en el confesionario y su estilo de oración, edificándonos a todos frente al Sagrario. Y siempre con un talante conciliador, en continuo diálogo con los otros sacerdotes de la parroquia, preocupado y ocupado con ellos, y trabajando en equipo. Ha sabido reconocer la diversidad de opiniones y formas de entender el ministerio, y aprovecharla como riqueza, dando ejemplo de dedicación y esfuerzo, pero también sabiendo delegar y hacernos partícipes de todo cuanto se ha hecho en la parroquia. Perdemos al buen párroco, pero no al excelente compañero y amigo. Enhorabuena, José María, te echamos de menos.
*Párroco y vicario parroquial de la Iglesia de San Juan Bautista (Badajoz)
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