Religion

Las escuchas ilegales al Papa: «Los gastos están fuera de control»

El Papa Francisco, ayer, en la Basílica de San Pedro
El Papa Francisco, ayer, en la Basílica de San Pedrolarazon

El libro «Via Crucis» revela la indignación papal por la economía vaticana: «Si no sabemos custodiar el dinero, ¿cómo cuidamos a los fieles?»

«Un párroco anciano de Buenos Aires, que tenía mucho cuidado con la economía, decía: ‘‘Si no sabemos custodiar el dinero, que se ve, ¿cómo cuidamos las almas de los fieles, que no se ven?’’». Así de tajante se muestra el Papa Francisco en una reunión reservada con otros altos cargos para analizar la cuentas de la Santa Sede a mediados de 2013, que ahora saca a la luz el libro «Via Crucis», del periodista italiano Gianluigi Nuzzi. Son ésta y otras filtraciones a Nuzzi –y también a Emiliano Fittipaldi, que publica otro libro sobre el tema bajo el título «Avarizia»– las que motivaron el arresto el fin de semana de Lucio Vallejo Balda y de Francesca Chaouqui, aunque la segunda fue rápidamente puesta en libertad tras colaborar con las autoridades vaticanas.

Fittipaldi, que ayer compareció ante los medios en Roma, afirmó que en su libro «no se encontrarán nada personal ni grabaciones ilegales» y, por ello, «no es un nuevo Vatileaks». Una circunstancia que contrasta con la publicación de Nuzzi. Según avanza la editorial Chiare Lettere, que publica «Via Crucis», el periodista cuenta, a través de «grabaciones y documentos inéditos» la lucha del Papa Francisco y sus colaboradores más fieles en la reforma de la Iglesia. «Sin exagerar, podemos decir que buena parte de los gastos están fuera de control. ¿Hay fraude, no?», dijo el Pontífice en una de esas grabaciones, de 16 minutos de duración, en relación con la política de contratación que se estaba siguiendo en las instituciones vaticanas, que aumentó un 30% en los últimos cinco años. «Uno de los responsables me decía –Francisco fue advertido de la situación–: ‘‘Vienen con la factura y ahora tenemos que pagar’’. No, no se paga. Si una cosa se ha hecho sin presupuesto ni autorización, no se paga. ¡Claridad! Esto se hace en las empresas más humildes y debemos hacerlo nosotros», recoge el «Corriere della Sera». Y añade: «Antes de cualquier contratación o de trabajo se debe pedir tres presupuestos para poder elegir el más conveniente. Pongo un ejemplo, el de la Biblioteca. El presupuesto decía 100 y luego pagamos 200. ¿Qué ha pasado? ¿Un poco más? Bien, pero ¿era el presupuesto o no? Pero debemos pagarlo... No se paga».

El Papa recuerda a los prelados de la citada reunión que su deber es contratar «empresas que garanticen honestidad y que promuevan el precio justo de mercado, sea por los productos o por los servicios. Y algunas no garantizan esto».

En cuanto a la otra publicación, «Avarizia», su autor pone encima de la mesa cartas, balances y documentos que, según dice, «revelan la riqueza, los escándalos y los secretos de la Iglesia de Francisco». Al parecer, el trabajo incluye una gran cantidad de documentación interna de la Santa Sede, entre palabras, balances e informes. «Fotografía un momento en el que el Papa está comprobando las resistencias del vicio capital que ha crecido en la misma Iglesia», se puede leer.

Ante estas revelaciones –que se conocerán con mayor detalle mañana, fecha del lanzamiento de los libros–, el Vaticano no ha comentado nada. Solamente, a traves de Twitter, el sustituto de la Secretaría de Estado, Angelo Beccio, dijo algo al respecto: «Acabo de ver al Papa. Me ha dicho textualmente: ‘‘Seguimos adelante con serenidad y determinación’’». Sí hubo una reacción de la Conferencia Episcopal Italiana, cuyo secretario general concedió una entrevista conjunta a varios medios italianos en la que reconocía que nos encontramos ante «un ataque a la Iglesia», aunque dijo no saber «de dónde viene». «Seguro que alguno tiene miedo del proceso de renovación que está llevando a cabo el Papa Francisco», añadió. En su opinión, estas reformas estarían molestando a algunos «que se han acostumbrado a algunas lógicas, a algunos modos de actual, probablemente también a algunos privilegios».

Según dijo, «hay quien teme a una Iglesia que empieza a ser inatacable en algunos puntos, que comienza a ser más creíble también a los ojos de los no creyentes y esto está haciendo perder la razón a alguno».