Francisco, nuevo Papa

«Mi hermano puede ser el Pontífice del gran cambio»

«Gracias a Dios, Francisco sigue siendo Jorge», asegura María Elena a LA RAZÓN

«Mi hermano puede ser el Pontífice del gran cambio»
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María Elena, que en un principio siguió la ceremonia que marcó el inicio del Papado de su hermano por televisión, desde su domicilio de la localidad bonaerense de Ituzaingó, no pudo evitar con las primeras luces acercarse a la Plaza de Mayo. Allí, arropada por miles de fieles seguidores de Francisco, nos atendía mientras sorbía su mate. «Es una persona muy firme, yo lo veo tan pleno y tan feliz que no me cabe la menor duda de que va a seguir con fuerza avanzando. Podemos tener un Papa que provoque cambios en la Iglesia, pero tiene que haber un compromiso como católicos», dice a LA RAZÓN la hermana del Papa. «Por un lado me reía porque decía, pobres los de seguridad, los va a volver locos, pero es su opción», agrega María Elena, aunque reconoce que no termina de creerse aún el nombramiento de su hermano: «Yo lo miraba y decía, no puede ser, es increíble». «Gracias a Dios, Francisco sigue siendo Jorge», añadió María Elena, confiada en que «puede ser el Papa del gran cambio», aunque «el Papa, la Iglesia no puede dar muchos cambios. La Iglesia somos todos y si nosotros no aceptamos cambiar nosotros, esos cambios no van a ser posibles, así que, sintámonos Iglesia, empecemos nosotros a cambiar de a poco, no es fácil», añade.

-¿Cómo lo ve en su rol de Papa?

-Conociéndolo, siento que va a llegar a producir cambios en la Iglesia. No sólo porque es un hombre íntegro, de carácter firme y convicciones admirables, sino porque va a contar con el apoyo de todos nosotros a través de la oración. Desde que tengo memoria, lo escucho a Jorge pidiéndonos que recemos por él. Así hizo su camino.

-Hace un tiempo usted confesó que no quería que fuera el sucesor de Benedicto XVI. ¿Por qué?

-Porque siento, tal vez me equivoque, que el rol del Papa es una tarea muy exigente en la que todos los días se toman decisiones en soledad. Va a ser duro para él estar lejos de Buenos Aires. Va a ser difícil para todos. Hoy pensaba que, a pesar de las distancias, los dos seguimos el mismo camino pero desde lejos.

-¿Qué tal es Jorge Bergoglio como hermano?

-Entre los dos hay mucha diferencia de edad, doce años. Y si bien nunca jugamos juntos, él siempre fue un hermano muy compañero, muy presente más allá de las distancias y sus compromisos con la Iglesia. Hablamos una vez por semana, nos escribimos cartas y nos organizamos para compartir algún que otro almuerzo familiar donde hasta hace un tiempo él cocinaba. Porque le encanta hacer sus calamares rellenos o los risottos de hongos, que aprendió de una receta heredada de nuestra abuela italiana.