Mascotas

Batalla de cerebros entre perros y gatos

En la eterna disputa sobre qué mascota es más inteligente hay una novedad: los gatos tienen una memoria tan buena como la que demuestran los perros

Batalla de cerebros entre perros y gatos
Batalla de cerebros entre perros y gatoslarazon

En la eterna disputa sobre qué mascota es más inteligente hay una novedad: los gatos tienen una memoria tan buena como la que demuestran los perros

La tendencia popular es pensar que los perros son más inteligentes que los gatos, sin embargo un estudio japonés de la Universidad de Kioto ha confirmado que los felinos pueden ser tan buenos en pruebas de memoria como los perros. 49 gatos fueron puestos a prueba para demostrar que estas mascotas son capaces de tener recuerdos construidos sobre experiencias agradables, como puede ser saborear su comida favorita.

Además los gatos recordaban en qué cuencos habían dejado comida los científicos y cuáles habían quedado intactos. Laurie Santos, directora del Centro de la Cognición Canina de la Universidad de Yale, explica a LA RAZÓN: «Este estudio es emocionante porque es la primera evidencia de que los gatos muestran una memoria episódica», es decir, dichos animales presentan el mismo tipo de recuerdos que los perros e incluso que los humanos al ser capaces de revivir momentos pasados. «Aún queda mucho camino por recorrer para saber con cuánto detalle pueden recordar los gatos y si poseen memoria a largo plazo, pero éste es el primer paso» afirma Santos.

Queda por tanto comprobado que ambas especies tienen el mismo nivel memorístico. Pero algo muy distinto ocurre en otras habilidades relacionadas con su inteligencia, pues diversos estudios afirman que los perros tienen mayor disposición a aprender nuevos trucos y tareas, pero que los gatos son más independientes. Por ejemplo en pruebas para obtener comida, si son sencillas ambos animales son capaces de resolverlas, pero a medida que las pruebas aumentan en dificultad, los perros buscan a los seres humanos para obtener ayuda, mientras que los gatos lo siguen intentando por sí mismos.

La conclusión es que cada especie obtendrá mejores resultados dependiendo de cómo sean las pruebas. Cada animal está especializado en cosas diferentes. Los perros son corredores más eficientes, mientras que los gatos tienen una mejor capacidad de manipular las cosas con sus patas. Por lo tanto, un estudio que involucre operar palancas tenderá a favorecer a un gato, mientras que una prueba donde la velocidad y la eficiencia al ir de un sitio a otro sea una medida de rendimiento beneficiará a un perro.

La doctora Silvia Vai, especialista en Etología Clínica de caninos y felinos domésticos, asegura que ambas especies tienen un proceso de aprendizaje similar por habituación y observación, pero señala que «el aprendizaje está influido por el desarrollo conductual, que depende de la estimulación temprana del sistema nervioso y del proceso de socialización con individuos de su misma especie y de otras. Por el contrario, un mal desarrollo conductual dará como resultado un animal temeroso y con dificultad para organizar sus comportamientos y así detenerse, observar, relacionar y aprender», lo que significa que los dueños influyen en la inteligencia de sus mascotas.

«En ocasiones los propietarios que acuden al consultorio de Etología Clínica con un perro de mala conducta me dicen: «Este perro es tonto, no aprende nada», y durante la consulta les demuestro que no es así, ya que rápidamente me responde a las consignas de sentarse, echarse, y esperar», cuenta la doctora Vai. «Lo que sucede es que tanto el perro como el gato observan a su propietario, aprenden cómo es y qué debe hacer el animal para conseguir que su dueño responda como a él le conviene y haga lo que él desea».

La inteligencia canina y felina también varía dependiendo de la raza. Existen rankings sobre qué razas de perros son más inteligentes y lo mismo ocurre con los gatos. Entre los perros, los que se sitúan como los más inteligentes en varios rankings son: el border collie, el caniche standard y el pastor alemán. Los tres aparecen como los caninos con más inteligencia funcional y de obediencia más alta.

Por su parte, los felinos que encabezan las listas de los más inteligentes son: el scottish fold, el ruso azul o el ragdoll. Normalmente los rankings de felinos inteligentes están integrados por los que más facilmente se adaptan a su hogar.

Pero, ¿de verdad se llevan mal?

Según la ciencia, estos dos animales son enemigos naturales por dos principales razones: son dos especies distintas y ambas son de instinto cazador. Sin embargo, la convivencia entre ambos puede tener éxito si se cubren las distintas necesidades de cada mascota. Los gatos necesitarán que se respete su espacio, mientras que los perros necesitan hacer ejercicio.