Alimentación
Bloqueo a la anorexia
El Congreso plantea cambiar la Ley del Honor para luchar contra la apología de los trastornos alimenticios en internet.
Desde hace dos años, una subcomisión del Congreso analiza los peligros que han surgido con el «boom» de las redes sociales. Compuesta por 18 diputados, se constituyó en abril de 2013 y este martes, en la Comisión de Interior a la que pertenece, se aprobarán las conclusiones a las que han llegado tras contar con las explicaciones de cerca de un centenar de expertos a los que se les ha escuchado a puerta cerrada. Como explica el promotor de esta comisión y portavoz de Interior del Partido Popular, Conrado Escobar, «en las conclusiones se busca perseguir el yihadismo, la pornografía y las conductas que promueven la anorexia y la bulimia». Este último punto se ha incorporado recientemente en el informe, concretamente en la reunión celebrada el pasado 10 de marzo. Con las conclusiones que se han obtenido a raíz del estudio y de la participación de los diferentes agentes, la subcomisión busca determinar qué modificaciones legislativas deben hacerse para mejorar la protección de los menores, así como, en el caso del terrorismo, para poner coto a sus actividades online. «El trabajo se ha centrado fundamentalmente en aquellos aspectos de la seguridad y protección de derechos en internet», apuntaba el mismo 10 de marzo Escobar.
Las medidas que se aprobarán el próximo martes en la comisión para que se propongan los cambios legislativos pertinentes se centran en tres líneas: la primera es la educación. Y es que desde la subcomisión quieren poner un especial énfasis en la formación tanto de menores como de padres y profesores para que adquieran las competencias necesarias para «determinar que lo que está mal en nuestro día a día también lo está en la red», subraya el portavoz popular. Dentro de esta misma línea, las conclusiones de la subcomisión apuntan a que si ciertas conductas que se producen en internet dañan la imagen y el honor de una persona, «va a ser necesario cambiar la actual ley del honor que es del año 1982» y en la que, obviamente, no se tenía en cuenta la repercusión que internet podía tener en esta materia. Desde la subcomisión tampoco descartan impulsar medidas penales que atenten contra la salud o la imagen de una persona. «Se podrían tomar medidas cautelares para que se retiren o bloqueen inmediatamente las páginas web que atenten contra las personas». Es decir, que si esta fórmula se aprueba dentro del Congreso, la Policía tendrá el poder de eliminar o bloquear las páginas de Ana y Mía. Son unos foros muy específicos en los que se hace apología de la anorexia (Ana) y de la bulimia (Mía). Y es que no sólo se dan consejos para adelgazar, sino que también fomentan carreras de kilos –días durante los que las chicas, y cada vez más chicos, compiten para ver quien adelgaza más–, intercambian información sobre nuevas pastillas para adelgazar o se intercambian fotos de autolesiones. Este último punto se da más en los grupos de WhatsApp que también están proliferando y que, como apunta la Policía, son más difíciles de rastrear y de cortar.
Pero además de una nueva ley del honor y de implantar medidas cautelares, la subcomisión promueve otra serie de medidas que se tiene que hacer en sintonía con las empresas tecnológicas y los desarrolladores. Se trata de que «los aparatos incorporen filtros automáticos para que se bloqueen las páginas webs» que sean objeto de delito. En línea con este planteamiento, los diputados también consideran importante «implantar canales de comunicación prioritarios» que mantengan unidos durante las 24 horas del día a las empresas responsables de las TIC y a la Policía, «para que su relación pueda ser más fluida» y, por lo tanto, más eficiente. Y es que por lo que han estado analizando a lo largo de dos años, también es importante que la reacción sea rápida y, por lo tanto, plantean que «se cree una fórmula que permita hacer denuncias rápidas con las que se ponga coto a conductas vejatorias o aquellas que atentan contra la salud de alguien». Estas webs deben «desaparecer de la red». Eso sí, seguramente se tendrá que poner en marcha «bajo tutela judicial».
Una última medida que plantean desde la citada subcomisión parlamentaria es que, al igual que existe un consejo regulador que vigila los contenidos audiovisuales que aparecen en televisión, «también debe crearse un consejo de internet en el que sean las propias compañías las que fomenten la autorregulación».
Una lucha iniciada por padres y asociaciones
La lucha contra la apología de la anorexia y la bulimia en internet es una pelea en la que Lidia Amella, madre de una niña que permanece ingresada en un centro mientras batalla contra su trastorno alimenticio, conoce bien. Gracias a su labor ya ha conseguido sumar más de 242.000 firmas en la plataforma change.org en la que pide que se prohíban estas páginas. «El 75% de las personas que consultan este tipo de páginas son menores de edad. El 80% son chicas», recuerda Amella. Una de ellas fue su hija. Por eso, también ha estado detrás de una enmienda que planteó hace unos días Unión del Pueblo Navarro (UPN) al Código Penal para que se tipificara como delito la apología de la anorexia y de la bulimia, pero no contaron con el apoyo suficiente para sacarla adelante. Con la batería de medidas que se plantean desde el Congreso, desde una subcomisión compuesta por diputados de todas las ideologías, esperan que los agentes no estén maniatados cada vez que les llega una denuncia contra este tipo de foros porque «no hay ninguna norma en la que se puedan amparar para ponerles coto», apunta Amella. Los únicos que han conseguido frenar, algo, la proliferación de las webs Ana-Mía son las asociaciones, en especial, Protégeles, que se ha puesto en contacto con un centenar de empresas para pedirles que en sus plataformas no permitan que se albergue este contenido.
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