Caso Marta del Castillo

Carcaño, sin permiso carcelario

Trasladado de módulo para evitar represalias de otros presos. Fuentes penitenciarias consideran «imposible» que se le concedan los 36 días que le corresponden tras acceder al segundo grado

El asesino de la joven Marta del Castillo, Miguel Carcaño
El asesino de la joven Marta del Castillo, Miguel Carcañolarazon

Se han producido dos coincidencias en el tiempo. Han pasado dos semanas desde que Miguel Carcaño fuera trasladado de la prisión sevillana de Morón a la ciudarrealeña de Herrera de La Mancha.

Se han producido dos coincidencias en el tiempo. Han pasado dos semanas desde que Miguel Carcaño fuera trasladado de la prisión sevillana de Morón a la ciudarrealeña de Herrera de La Mancha. Y ha sido también en estos últimos 14 días cuando la búsqueda del cuerpo de Marta del Castillo ha estado más activa que nunca. Por una vez, parecía que Carcaño estaba diciendo la verdad: el cadáver sólo podía estar en la finca de «La Majaloba». Sin embargo, la decepción llegó una vez más: los padres de la joven sevillana tendrán que esperar para enterrar a su hija. Aun así, tan segura parecía la pista que en Morón decidieron tomar una serie de medidas. Entre otras, y según pudo saber LA RAZÓN, durante esta semana Carcaño fue trasladado del módulo de unidad terapéutica, en el que fue ingresado nada más llegar a la prisión, al de ingresos. ¿El motivo? Evitar posibles represalias en caso de que el cuerpo fuera localizado. Estaríamos ante una medida preventiva: si se hubiera hallado el cadáver, y con el consiguiente eco mediático, lo prudente era trasladarle de módulo para impedir que algún reo se tomara la justicia por su mano. Y es que reclusos como el asesino de Marta están especialmente señalados, por lo que pueden levantar las iras de sus compañeros.

Por otra parte, y sobre los 36 días de libertad que le corresponderían tras serle concedido el segundo grado –concretamente, en tandas de seis como máximo y sólo 18 por semestre–, fuentes penitenciarias creen «imposible» que la junta de tratamiento de Herrera le conceda los permisos. Llegado a este punto, Carcaño, que cumple 21 años de condena, tendría que recurrir al juez de vigilancia penitenciaria.

Hay que apuntar que en la unidad terapéutica en la que estuvo ingresado en primer lugar, Carcaño compartía espacio con dos inquilinos «ilustres». Uno de ellos es Miguel Ricart, el único condenado por el asesinato –hace más de 20 años– de las tres niñas de Alcácer, y cuya permanencia entre rejas está ahora en entredicho ante la posibilidad de que el Tribunal de Estrasburgo anule la «doctrina Parot». El otro es Sito Miñanco, el narco gallego condenado en 2004 a una pena de 16 años y 10 meses por tráfico de drogas. En esta unidad recibían visitas de ONG, psicólogos, etc. con el objetivo de concienciarles acerca de la importancia de la reinserción.

Carcaño ha pasado también a formar parte del Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), concretamente en la categoría 5. En la práctica, se traduce en una observación más intensa por parte de los funcionarios, una mayor restricción de las salidas y mayores impedimentos para que pueda tener un destino (ocupación o trabajo) en la cárcel. En definitiva, estaríamos ante un «marcaje férreo». Mientras, también continúa dentro del protocolo de prevención de suicidios: cuenta con un «interno sombra» pendiente de sus movimientos. Pese a todo, aquellos que han visto a Carcaño coinciden en señalar su «tranquilidad» en los últimos días.