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El año de Stephen Hawking, Mercurio, Marte y el Sol

2018 ha estado marcado por la muerte del científico más mediático y por la expansión de la exploración del Sistema Solar

Júbilo en la NASA por el éxito de la misión InSight / AP
Júbilo en la NASA por el éxito de la misión InSight / APlarazon

El ser humano sigue con la vista puesta en Marte, donde acaba de aterrizar la misión InSight, aunque los límites de la exploración espacial también se expandieron hacia Mercurio y el Sol, en el año en que falleció el autor de gran parte de los descubrimientos de la astrofísica moderna, Stephen Hawking.

El momento más emocionante del año científico fueron los «siete minutos de terror» que vivió el módulo espacial InSight justo antes de aterrizar en la superficie de Marte, cuando tenía que reducir su velocidad de casi 20.000 kilómetros por hora hasta cinco.

En la sala de control del Laboratorio de Propulsión de la NASA en Pasadena (California, EE.UU.) desde el que se siguió el amartizaje, el silencio era denso y solo roto por la voz de la técnica que informaba de las diversas fases del descenso.

«Te siento, Marte, y pronto conoceré tu corazón. Con este aterrizaje a salvo, estoy aquí. Estoy en casa», saludaba InSight en su cuenta de Twitter ya a salvo en el planeta, desde donde ha enviado varios selfis y fotos del terreno que le circunda.

Un terreno donde analizará el interior y la composición del planeta en una zona conocida como Elysium Planitia, un lugar lejano del polo sur, donde se originó otro de los temas más destacados de este año.

Tras años de debates sobre si hay agua líquida en Marte, finalmente se ha localizado un lago subterráneo de agua salada bajo una capa de hielo, según datos de la sonda Mars Express.

El lago se sitúa en la región de Planum Australe y según los datos del estudio publicado en Science estaría bajo 1,5 kilómetros de hielo, se extiende unos 20 kilómetros y tendría un metro de profundidad.

El ser humano miró también este año hacia Neptuno, adonde la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa (JAXA) enviaron el pasado octubre la misión BepiColombo para intentar resolver alguno de lo grandes enigmas del Sistema Solar.

Una misión que misión quiere entender el origen y evolución de Mercurio e intentará confirmar la existencia de hielo y su procedencia, responder a por qué su campo magnético está a 400 kilómetros del centro del planeta, o determinar cómo se contrajo su interior.

La exploración espacial puso sus ojos directamente en el astro rey con la sonda Parker, que es el ingenio que más cerca ha llegado del Sol, por el momento a 27 millones de kilómetros, gracias a su escudo térmico que soporta temperaturas de hasta 1.400 grados.

Y un año en el que el hombre ha empujado los horizontes de su conocimiento del Universo cercano, hubo que dar el último adiós, en marzo, al físico británico Stephen Hawking, el padre de gran parte de los descubrimientos de la astrofísica moderna, a los 76 años.

«Un gigante entre hombres», como lo definió la NASA, cuyos avances en la física y la astronomía «no sólo cambiaron la forma de ver el cosmos, sino que también jugaron, y seguirán desempeñando, un papel fundamental en la configuración de los esfuerzos de la NASA para explorar el Sistema Solar y más allá».

Con su imagen en silla de ruedas y hablando con un sintetizador, debido a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía desde la juventud, Hawking fue también un icono de la cultura popular con su aparición el series como «Los Simpson», «Star Trek» y «The Big Bang Theory».

El científico pasará a la historia, entre otros méritos, como contribuyente de la teoría del «big bang», pero también fue un estudioso de los agujeros negros que, según expuso, no son completamente negros, ya que emiten radiación.

La NASA estadounidense cumplió el uno de octubre 60 años de una larga carrera que tiene como hito más destacado la llegada del ser humano a la Luna que, ahora, con la vista puesta en el futuro tiene entre sus planes regresar al satélite y llegar a Marte con misiones tripuladas.

Y ante el resurgir del interés en la Luna, parece que China ha decidido intentar hacerle sombra con el anuncio de que en 2020 lanzará un satélite de iluminación que complemente y supere su luz y permita reemplazar las luces de la calle en la ciudad de Chengdu (suroeste). EFE