Cierra una playa de Castellón por contaminación fecal

Los resultados de la analítica confirman altos niveles de la bacteria e-coli

El Ayuntamiento castellonense de Alcossebre ha cerrado la playa de las Fuentes al detectar la presencia en el agua de contaminación de origen fecal procedente de un manantial situado al sur de esta playa y el consistorio ya realiza los trabajos oportunos para poder reabrirla cuanto antes.

Según han informado fuentes municipales a EFE, el pasado lunes la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica hizo la analítica periódica rutinaria y el estado del agua era "excelente".

Sin embargo, el miércoles se realizó otra prueba -ya que en esta playa se hacen con mayor frecuencia debido a sus peculiaridades- y se detectó la presencia de la bacteria e-coli.

Tan pronto se tuvo conocimiento de la presencia de esta bacteria se procedió al cierre de la playa y comenzaron los trabajos para solventar el problema, cuyo origen es uno de los manantiales naturales con los que cuenta esta zona litoral y que ya provocó el cierre de la misma en 2017 por los mismos motivos.

Ahora, tras la experiencia de 2017, el protocolo se activó de inmediato y se trabaja en "desecar"ese manantial -con la ventaja de que este año tiene menos caudal- y verter las aguas al alcantarillado para que pasen por la depuradora y así evitar que el agua llegue al mar.

El informe de la Conselleria indica que en la analítica se hallaron "niveles elevados en los parámetros microbiológicos de control en las muestras tomadas el 24 de julio", que superaban lo establecido en el Real Decreto 1341/2007 sobre la gestión de aguas y su aptitud para el baño.

Los valores obtenidos en esa prueba "indican la presencia de contaminación de origen fecal en el punto de muestreo, situado en el centro de la playa".

El consistorio ha explicado que en esta playa se llevaron a cabo trabajos en 2017 y 2018 para evitar que el citado manantial pudiera contaminar la playa, como ya ocurrió en el verano de 2017, y aunque en 2018 no se produjo ninguna analítica negativa, este año se ha vuelto a detectar la bacteria.

Por ello, han indicado que una vez se resuelva el problema y se pueda reabrir la playa al baño se estudiarán medidas a largo plazo para evitar que se vuelva a producir.