Colombia también exporta talento humano

Cristina Murgas nació en tierra de juglares y acordeones, en Valledupar, al norte de Colombia. Y en 1996 renació en Madrid, donde llegó con "una maleta repleta de ilusión, juventud y ganas de seguir formándose"tras estudiar periodismo en Bogotá. Dieciocho años después de aquel viaje ocupa el puesto de directora en la consultora internacional Kreab Gavin Anderson, en Madrid, mientras sigue recogiendo frutos de aquella apuesta que un buen día la llevó a abandonar su querida Colombia. Mañana recibirá en la Casa de Nariño, el palacio presidencial, el reconocimiento a los "100 Colombianos del Año", y recientemente fue incluida entre los "100 Latinos", que otorga la Comunidad de Madrid y Fusionarte.

La suya es una historia de tesón y de éxito cocinado a fuego lento, que viene a demostrar que ser mujer, madre (tiene tres hijas) e inmigrante no constituye un obstáculo insalvable. "Cuando llegué a Madrid, gracias al apoyo espiritual y económico de mis padres, no conocía a nadie. Las diferencias estructurales de la sociedad española con América Latina, en ese entonces, me enamoraron", explica en una entrevista con LA RAZÓN. "Aquí percibía una clase media consolidada, oportunidades de formación, riqueza cultural. Cualquiera quería quedarse".

Cristina Murga ha tenido que luchar contra los estereotipos que durante años tenían los colombianos en nuestro país. "Cuando llegué la mayoría de los inmigrantes latinos se encargaban de los trabajos que el español no quería. Los más numerosos eran los ecuatorianos. En mi caso, como colombiana, se asociaba nuestra imagen al narcotráfico, a la violencia y al miedo. Muchos nos llamaban sudacas. Hay que aprender a superar estas barreras, demostrar valor y apostar por la integración", señala.

Ella misma es la demostración de que los prejuicios sobre los latinoamericanos no se corresponden con la realidad. "Muchos profesionales de América Latina ocupan hoy altos cargos en empresas españolas", argumenta Cristina, quien defiende que en los momentos de crisis el inmigrante "emprende, genera negocio y responde a las necesidades laborales del país". También apunta un dato preocupante, España perderá 2,6 millones de habitantes en los próximos diez años si se mantienen la tendencia demográfica actual.

Cuando decidió venir a Madrid, en 1996, Colombia vivía inmersa en un conflicto que parecía no tener fin. Hoy, su país está a las puertas de una nueva época que se iniciará cuando el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos firme el acuerdo de la paz con la guerrilla de las FARC. El mismo camino que Cristina emprendió hace 18 años lo están haciendo jóvenes españoles a la inversa, desesperados por la falta de trabajo en España y al mismo tiempo atraídos por las oportunidades que presenta Iberoamérica. "América Latina ha despertado de su década perdida, ha mostrado al mundo un cambio y apertura económica, de inversión y de mejorar en competitividad".

No sólo se van españoles de nuestro país. Muchos latinos que llegaron en la época de las vacas gordas, desde finales de los noventa hasta 2008, han hecho las maletas para volver a sus países de origen. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, hasta 45.951 ecuatorianos dejaron España en 2013. "Nosotros nacimos y crecimos con escasez y estamos acostumbrados a superar obstáculos para adaptarnos a los cambios".

Quizá porque Cristina Murgas no olvida sus orígenes, quizá por su forma de ver la vida, optimista y entusiasta, o por las cosas del destino, ha enfocado su trabajo en Kreab Gavin Anderson hacia América Latina, ayudando a las empresas españolas en sus procesos de internacionalización en países como México, Colombia y Ecuador. También le gusta impulsar iniciativas que potencian el conocimiento de su país, como la comunidad profesional www.iconosud.com: "Creo en el poder de generar networking entre profesionales de América Latina y me gusta impulsar proyectos de este tipo".

Asegura que su madre es la persona que más le ha influido, y apunta a sus tres hijas como su mayor logro. Admira la humildad y el carisma del Papa Francisco, y sueña, como todos sus compatriotas, con una Colombia en paz.

Además de los "100 Colombianos"y los "100 Latinos", Murgas recibía a principios de mes, desde su tierra de origen, la Medalla "Hernando de Santana", que lleva el nombre del conquistador español que fundó Valledupar, lo que no deja de ser otro guiño simbólico en el viaje de ida y vuelta de Cristina Murgas, cuya historia es una metáfora, y también una realidad, del ascenso latino en España.