Sucesos

La pesadilla de Jéssica, Eva y Montserrat: 52 horas de agonía en la cueva

Al ver que no salían, la pareja de una de las tres espeleólogas –dos catalanas y una valenciana– accedió a la Cueva cántabra Cueto-Coventosa con un profesional. Tras no hallarlas, avisaron al 112.

Varias personas trabajan en el puesto de control para buscar a tres mujeres desaparecidas en el sistema de cuevas de Cueto-Coventosa. EFE/Pedro Puente Hoyos
Varias personas trabajan en el puesto de control para buscar a tres mujeres desaparecidas en el sistema de cuevas de Cueto-Coventosa. EFE/Pedro Puente Hoyoslarazon

Al ver que no salían, la pareja de una de las tres espeleólogas –dos catalanas y una valenciana– accedió a la Cueva cántabra Cueto-Coventosa con un profesional. Tras no hallarlas, avisaron al 112.

Un total de 51 horas y 52 minutos, ése fue el tiempo que estuvieron las tres espeleólogas dentro de la cueva Cueto-Coventosa. Lo que iba a ser una aventura en la que practicar doble cuerda, péndulos, pasamanos, trepadas por cuerda fija, gateras... estuvo a punto de convertirse en una tragedia. Tres amigas, Jéssica Salas, Eva Catalá y Montserrat Pérez, la primera de Vinarós y las dos últimas de Barcelona, entraron el pasado sábado a las 12:20 horas en esta cueva de Arredondo, en Cantabria. Una cueva de dificultad elevada con un pozo totalmente vertical de 302 metros y un desnivel total de -815 metros, llena de grandes pozos encadenados y galerías en los que es fácil perderse. Los espeleólogos que la han hecho aseguran que se tarda entre 18 y 25 horas en hacerse esta travesía de 32.524 metros que concluye teniendo que atravesar a nado varios lagos y abundantes marmitas. Transcurrido ese tiempo y «al ver que no salían, la pareja de una de ellas avisó a un amigo que forma parte de la Fundación Espeleosocorro Cántabro (Esocan). Accedieron y al no localizarlas dieron el aviso», explica Martín González, presidente de Esocan. Fue entonces cuando se prepara el dispositivo de búsqueda. El despliegue inicial estuvo compuesto por dos equipos que entraron con una hora de diferencia por cada una de las dos bocas de la galería. El primer grupo en entrar accedió por la entrada de Cueto. Era la 01:00 de la madrugada. Una hora después accedía un grupo de rescate formado por cuatro espeleólogos por la de Coventosa. Fueron los primeros en salir al llegar hasta la galería del agujero soplador y no encontrarlas «para avisar que todavía estaban en Cueto», precisa Juan Colina, ex presidente de la Federación de Espeleólogos de Cantabria. En ese momento accede otro grupo de rescate por esta misma boca. En paralelo, «los de Cueto, tras comunicar que en los pozos a -700 u -800 metros no estaban, que era lo que se temía por si habían sufrido un accidente en la parte de las cuerdas, localizan transcurridas las horas a las tres espeleólogas», añade Colina.

«Presentaban signos de agotamiento por lo que el equipo las acompañó a un ritmo suave hasta la boca de Coventosa», explican desde el 112 Cantabria. «Las encontraron desfondadas en el Pozo de la Unión. No sabían por donde continuar por lo que decidieron sentarse, hacer un punto caliente (para no enfriarse) y esperar a ser rescatadas. Habrán estado unas 20 horas sentadas», precisa González. Era la primera vez que hacían esta ruta. «Actuaron con criterio porque se quedaron justo donde había agua y tenían comida. Además, a partir de ese punto empezaba lo más duro de la travesía», añade. Tocaba pasamanos aéreo, atravesar lagos a nado... así hasta que finalmente «a las 16:12 salieron de la cueva por la boca de Coventosa», precisan desde 112 Cantabria. Tiempo total de rescate: 15 horas y 12 minutos. «Estaban bien. No necesitaron asistencia médica. Lo último que sé es que la Guardia Civil les ha llevado a su coche particular».