En los días de verano, cuando las temperaturas alcanzan niveles elevados, el aire acondicionado se convierte en un elemento esencial para mantener el hogar fresco y cómodo. Sin embargo, usarlo de forma incorrecta puede resultar en un consumo energético elevado y, en consecuencia, en facturas de electricidad mucho más caras.

Una duda frecuente entre los usuarios es si es mejor dejar el aire acondicionado encendido todo el día o apagarlo y volver a encenderlo cuando la temperatura se vuelve incómoda. Entender cómo funciona el aire acondicionado y adoptar hábitos de consumo responsables no solo ayuda a mantener un ambiente agradable, sino que también contribuye a un uso más eficiente de la energía, algo que beneficia tanto al bolsillo como al medio ambiente.

¿Dejar el aire acondicionado encendido todo el día o apagarlo y volver a encenderlo?

Un error común que cometen muchas personas es encender el aire acondicionado hasta que la temperatura es agradable, luego apagarlo esperando que el ambiente se mantenga fresco, y volver a encenderlo cuando el calor regresa. Sin embargo, según especialistas de TS Clima, esta práctica genera un mayor gasto energético. Esto se debe a que cada vez que el equipo se enciende, debe reiniciarse y trabajar a máxima potencia para enfriar rápidamente la estancia, lo que produce un pico elevado en el consumo eléctrico.

Por el contrario, dejar el aire acondicionado funcionando de forma continua mientras estés en casa permite que el aparato mantenga la temperatura estable de manera gradual, evitando esos picos de consumo. Así, el equipo trabaja de forma más eficiente y consume menos energía a largo plazo.

El impacto en la factura eléctrica y en el consumo energético

Encender y apagar repetidamente el aire acondicionado puede incrementar notablemente la factura eléctrica. Cuando se enciende, el compresor debe arrancar desde cero, consumiendo un extra de energía para volver a bajar la temperatura. Si este proceso se repite varias veces al día, el gasto acumulado puede ser mucho mayor que mantener el aparato encendido a una temperatura constante.

Además, un uso intermitente no solo afecta el consumo sino que también puede perjudicar la durabilidad del equipo. Los arranques frecuentes someten al compresor a mayor desgaste, lo que puede acortar la vida útil del aire acondicionado y derivar en reparaciones o sustituciones costosas.

Consejos para un uso eficiente y responsable del aire acondicionado

• Mantén una temperatura adecuada: Lo ideal es programar el termostato alrededor de 24-26 °C. Bajar la temperatura demasiado puede generar un consumo excesivo y no siempre aporta un confort mayor.
• Usa el modo “auto” o “económico”: Estos modos ajustan automáticamente la potencia y el funcionamiento para mantener la temperatura sin picos innecesarios de consumo.
• Cierra puertas y ventanas: Asegúrate de que las habitaciones estén bien selladas para evitar que entre aire caliente y el equipo tenga que trabajar más.
• Utiliza ventiladores para ayudar a distribuir el aire frío: Esto puede aumentar la sensación de frescor sin subir el consumo.
• Limpia y revisa los filtros regularmente: Un equipo con filtros sucios funciona peor y consume más energía.
• Apaga el aparato cuando no haya nadie en casa: Aunque es mejor mantenerlo encendido durante la estancia, si vas a salir muchas horas, conviene apagarlo para no gastar energía innecesaria.
• Aprovecha la ventilación nocturna: Si las temperaturas bajan por la noche, abre ventanas para refrescar la casa y reduce el uso del aire acondicionado.
• Instala un termostato programable o control inteligente: Así puedes controlar y ajustar el funcionamiento del equipo según tus horarios y necesidades.