Mascotas
Dos prisiones de Portugal tienen hoteles para perros, que cuidan los presos
En dos establecimientos penitenciarios del país Luso, el de Monsanto y el Linhó, hay servicio de guardería para canes para cuando sus dueños salen de viaje
En Portugal los perros van de vacaciones a la cárcel. En dos establecimientos penitenciarios del país, el de Monsanto y el Linhó, hay un servicio de “hotel para cães” (hotel para perros) para cuando algún ciudadano necesita una residencia para su can durante unos días, según publica la revista canina LADRIDOS.
En el centro penitenciario de Monsanto, cercano a Lisboa, un pequeño grupo de internos desea con impaciencia a diario su “salida” a la zona de residencia de perros, un edifico contiguo a la prisión con mucha zona verde, donde hasta 68 canes les esperan con ganas de jugar.
No son perros que cumplan condena por haber cometido un delito. Son animales que sus dueños dejan en la cárcel por unos días mientras ellos salen de viaje o van de vacaciones, entre otras causas. Allí se encuentran con un recinto habilitado con grandes espacios verdes donde correr y jugar mientras que son vigilados por cuidadores especiales para los que este “trabajo” significa, cuando menos, una segunda oportunidad en su vida.
Cuando se creó la primera de estas residencias caninas peculiares, en el año 2000, no fue fácil salvar las reticencias iniciales entre la población, que sentía cierta desconfianza de dejar a su perro al cuidado de presos, señalan desde el Ministerio de Justicia, departamento portugués del que dependen las prisiones. “El programa es muy bueno para ambas partes, los reclusos des cubren valores en su vida que tenían dormidos o escondidos, y los perros se sienten muy queridos lo que les ayuda a sobrellevar la ausencia de sus dueños”, indican.
La mayor parte de portugueses que optan por este hotel es por motivos vacacionales, por lo que las épocas de más demanda son verano, Navidad y fiestas específicas del país vecino. “Nuestros clientes suelen repetir. Tenemos huéspedes que todos los veranos pasan aquí sus “vacaciones” estivales. Los reclusos los esperan con especial entusiasmo”.
El programa de alojamiento canino en los centros penitenciarios es también una especie de terapia para los internos, ya que a este programa solo pueden acceder presos muy seleccionados lo que incentiva a la población reclusa a integrarse en la vida de la cárcel sin causar problemas. Mas información en LADRIDOS
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