Educar las emociones como forma de integración social

Un trastorno mental grave es un fenómeno discapacitante para la persona que lo sufre y no ya sólo por los síntomas propios de la patología en cuestión, sino porque frecuentemente ésta va acompañada de rechazo y estigmatización social, falta de autoestima y dificultad para la toma de decisiones. La mayoría de las personas que lo sufren señalan el rechazo social como el foco principal de sufrimiento, por encima incluso de los propios síntomas psiquiátricos.

Trabajar la recuperación de estas personas, entendida como el fomentar que retomen las riendas de su propia vida para tratar de llevar una vida satisfactoria, que aprendan a gestionar sus sentimientos y emociones, así como potenciar su autonomía y propiciar su integración social es imprescindible. Sin embargo, tal y como señala Lourdes Rodríguez, psicóloga de la asociación FAEM (Familiares, Allegados y personas con Enfermedad Mental) de Cádiz, «existen carencias ya que hay muy pocos recursos y pocas plazas disponibles, de manera que somos las asociaciones las que hemos de llegar a cubrir esas necesidades e informar y apoyar a los familiares».

Hace tres años FAEM Cádiz puso en marcha su programa Arpa para la autoestima, la recuperación psicosocial y la autonomía de las personas con trastorno mental grave y familiares. Además, esta iniciativa ofrece «talleres de musicoterapia y percusión para que las personas con trastorno mental grave puedan expresar y canalizar sus emociones a través de la música, así como un taller artístico y de manualidades con el fin de potenciar su creatividad», apunta la psicóloga.

El programa cuenta con un total de 690 usuarios, entre personas con trastornos mentales graves y familiares de las provincias de Cádiz, Algeciras y Conil de la Frontera y gracias a la colaboración de la Obra Social la Caixa, FAEM puede ofrecer este servicio a sus usuarios a un mínimo coste.