Embarazo
El fracaso de las niñas madre
En el Hospital La Arrixaca de Murcia no sorprendió el caso de la menor de 11 años que dio a luz. Más de 340 niñas fueron madres en 2016 en nuestro país
En el Hospital La Arrixaca de Murcia no sorprendió el caso de la menor de 11 años que dio a luz. Más de 340 niñas fueron madres en 2016 en nuestro país.
Niña, de 11 años, de nacionalidad boliviana, madre tras ser embarazada por su propio hermano, y ahora mismo residente de una familia de acogida. El caso ocurrido la semana pasada en Murcia ha puesto el foco en un problema que, sorprendentemente, no es tan extraordinario como se podría pensar: el de las madres no ya adolescentes, sino niñas. La noticia ha sido mediática, pero no lo fue tanto en la sección de Maternidad del Hospital la Arrixaca de Murcia, donde trataron a la menor. «Estamos acostumbrados a ver niñas embarazadas», afirmaban fuentes del centro a LA RAZÓN. Y es que, «aunque no es lo normal», no deja de ser para estos profesionales «un caso más de maternidad infantil o adolescente». Intervenciones quirúrgicas, por cierto, que suponen un riesgo tanto para ellas y sus retoños.
Cada año se dan en España entre 6.000 y 7.000 nacimientos de menores. Esta cifra parece baja si la comparamos con los 400.000 bebés que nacen al año, pero aún así, es una realidad que existe y, especialmente, en las provincias del sur. Hay una diferencia entre las madres adolescentes y las niñas. Estas últimas son las menores de 15 años, ya que hasta los 16 no pueden dar su consentimiento. Según los datos del INE, 343 niñas fueron madres en 2016. De ellas, 111 no alcanzaban los 15 años.
La evolución de este fenómeno ha sido variable. «Entre 1996 y 2008 se duplicó la tasa de fecundidad adolescente (pasando de 7,37 nacimientos por 1.000 mujeres entre 15 y 19 años a 13,3). Entre 2008 y 2015, la tasa volvió a bajar (7,74) pero no deja de ser significativo que se sitúe en los mismos niveles de hace dos décadas», explican el sociólogo Alessandro Gentile y la antropóloga Ana Lucía Hernández, responsables del informe «Relatos adolescentes en la España actual», basado en entrevistas en profundidad a 32 mujeres que fueron madres entre los 14 y los 19 años y que contó con la financiación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD.
Como explica Amaya Azcona, directora de REDMADRE, asociación de ayuda a la maternidad, existen varios factores que explican este número, aunque insiste en que es un hecho «muy residual». Suelen darse cuatro factores: «un porcentaje importante lo representan familias desestructuradas. Otro está ligado a un tema cultural, es decir, a que las mujeres son madres a edad muy temprana. También existe una parte que tiene que ver con las agresiones sexuales. Y, por último, un dato que nos preocupa mucho: el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales y, en muchos casos, bajo los efectos del alcohol y las drogas», dentro de una sociedad cada vez más hipersexualizada. Además, muchas de estas chicas vienen de haber sufrido fracaso escolar.
Las familias suelen optar en primera instancia por el aborto. «En más del 80% de los casos, los padres les obligan a abortar», afirma Esperanza Puente, voluntaria de REDMADRE. En algunos casos, el aborto parece haberse convertido en un método anticonceptivo más. «Tenemos chicas de 20 y 22 años con tres o cuatro abortos a sus espaldas», dice Puente.
Fundación Madrina es otra de las organizaciones que ayudan a las embarazadas. Y cada vez atienden a más niñas. «Los casos de menores ya suponen el 20%», afirma su presidente, Conrado Giménez Agrela. Niñas de 14... y también de 11. En algunos casos, han quedado encinta por sus novios, pero también hay casos de abusos en el entorno familiar. En todo caso, ven que hay pautas comunes. «La ausencia de familia. Tienen padres que trabajan casi las 24 horas. Y el hogar de estas niñas es la calle. Quieren amar y ser amadas». Los casos de adolescentes que han dado a luz ayudados por Fundación Madrina han sido positivos. «No dejan de ser niñas, pero también son muy madres: algunas, incluso mejores que las que ya tienen 30». La organización les brinda apoyo psicológico y psiquiátrico, una familia de acogida... y, muy importante, seguir con sus estudios. «Tenemos el caso de una joven de 14 años que sufre “bullying” no sólo por los alumnos, sino por los profesores, que dicen que es un mal ejemplo», informa J. V. Echagüe.
Murcia, de acuerdo con el INE, es una de las provincias donde más menores de 15 años fueron madres en 2016, con un total de 10. Madrid, con 18 nacimientos, es la primera. En la mayoría de localidades se dan uno o dos casos. El caso de Murcia puede responder a su alta tasa de inmigración. «Murcia es una de las regiones que más ha crecido en los últimos años gracias también a la llegada de inmigrantes», explican desde el centro de La Arrixaca. En poco tiempo, la región ha sumado dos casos: el de la niña boliviana y el de otra de 15 años que dio a luz en el Hospital Rafael Méndez a un niño fruto de la relaciones con un hombre de 51 años, de nacionalidad ecuatoriana y que vivía de alquiler en la casa de la menor. A estos hay que añadir dos recientes: una joven de 16 dio a luz a su casa de Torrepacheco, y en noviembre, una niña de 12 , de origen sudamericano, fue madre también en La Arrixaca.
Como explica la matrona y sexóloga Benita Ramírez, la maternidad prematura es más propicia en la comunidad inmigrante «por ser mucho más vulnerable». «La pobreza en estas familias es más profunda, los padres se pasan el día trabajando y falla la comunicación. Además, el sexo es un tabú, a lo que hay que sumar la cultura propia de los países latinos: allí, las mujeres tienen antes la regla, a partir de los 10 años, por el clima y la alimentación». Con todo, no es de extrañar que oculten sus embarazos hasta dar a luz: «Es por miedo. Las mujeres siempre somos las que tenemos culpa de todo». En su opinión, la menor de 11 años conocía sabía que estaba encinta, pero quiso mantenerlo en secreto e ir al colegio de forma normal para «no sentir la estigmatización.
Físicamente no están preparadas. «Lo habitual es que estos embarazos no llegue a término. No es ni lo normal ni lo deseable», explica María José Espinaco, vocal matrona del Colegio de Enfermería de Sevilla. «El cuerpo y el útero de una niña no está preparado para el embarazo, ni por tamaño ni por capacidad. Un embarazo conlleva una serie de cambios: dificultades circulatorias y respiratorias, taquicardias... El corazón aumenta de tamaño, el pulmón se estrecha... Una mujer lo soporta, pero una niña no está preparada. Si todos estos síntomas se agravan en una niña de 14, en una de 11 aún más», añade.
¿Cómo se abordan estas situaciones? Azcona explica que «no tratamos los casos de abuso sexual. De eso se ocupan las autoridades. Pero en el resto, nos preocupamos por saber cómo es su entorno psicosocial: si tienen apoyo familiar y de su pareja. Esto último «no suele ocurrir porque son relaciones muy inmaduras y el chico, en cuanto se entera, desaparece». También se preocupan por su salud física y les ofrecen acompañamiento emocional. «Intentamos que comprendan que ser madre no es lo peor que les va a pasar».
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