China

El presidente de Unicef ve una pérdida de interés en los derechos humanos

El presidente de Unicef España, Carmelo Angulo, ha advertido hoy de la "caída de interés por las agendas de los derechos humanos"en momentos de crisis en los que Europa, que ha sido el adalid de su defensa, habla de ellos "con la boca pequeña"frente al discurso dominante del crecimiento económico. Angulo se ha pronunciado en estos términos durante una conferencia que ha impartido hoy en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo dentro de unas jornadas dedicadas a los derechos de la infancia.

"Estamos retrocediendo, pero en algún momento habrá que recuperarlos", ha señalado antes de incidir en que ahora el discurso dominante es el de países como China o Brasil, "el discurso del crecimiento económico y ni una palabra de derechos humanos". Según el presidente de Unicef, no se pueden perder derechos que ha costado años ganar, por los que mucha gente perdió la vida y sobre los que aún queda mucho por hacer para que sean implantados en todas partes.

Tras preguntarse qué hubiese pasado con la crisis y sin organizaciones como Unicef y una sociedad civil que ha suplido al Estado y dado millones de raciones de comida, Angulo ha incidido en que ha sido mucha gente voluntaria la que ha contribuido de forma silenciosa a paliar situaciones muy difíciles. En la misma línea, ha señalado que tras la Transición nadie pensó que en este país había que dar una consideración especial a los niños, que podría haber un millón de hogares donde nadie trabajase o una situación de empobrecimiento en la que muchas familias no podrían hacerse cargo de sus hijos adecuadamente.

"La familia es responsable de la infancia, pero el Estado debe suplir en todo aquello que no le permita un desarrollo digno", ha recordado el presidente de Unicef, que ha incidido también en la difícil situación que atraviesan millones de niños en todo el mundo que se ven obligados a trabajar, prostituirse o son convertidos en soldados con diez años. El presidente de Unicef ha señalado que en algún momento habrá que reformar la convención de los derechos del niño, que el año pasado cumplió su 25 aniversario y que se ha convertido "en un instrumento fundamental para todos los que trabajan a favor de la infancia".